Suzanne Robinson - Una dama desafiante

Crítica realizada por Merche

En la Inglaterra de Isabel I, las luchas por el poder hacen peligrar el trono permanentemente. Blade Fitzstephen es el hombre de confianza de la reina, el único capaz de asumir cualquier riesgo por la corona. Pero la última misión que le ha sido encomendada presenta serias dificultades. Porque el enemigo al que tiene que combatir Blade Fitzstephen no es otro que Oriel Richmond, una dama acostumbrada a no dejarse convencer por los halagos masculinos, una dama dispuesta a desafiar a cualquier hombre, incluso a aquél que se haya propuesto robarle el corazón.

Envueltos en intrigas políticas y oscuros secretos, Oriel y Blade pronto se verán unidos en su lucha desenfrenada por salvar el trono de Inglaterra y por no sucumbir a la pasión.

LA RICA HEREDERA

Oriel Richmond siempre ha sabido que su físico no desata grandes pasiones. Tiene asumido que la sucesión de pretendientes que desfilan por Richmond Hall llegan en busca de su cuantiosa dote y no de sus encantos. Sólo el misterioso Blade Fitzstephen ha despertado su interés. Pero después de oírle hablar de ella en términos nada agradables, ha decidido rechazar también su propuesta. Sin embargo, Blade no parece dispuesto a aceptar su negativa. Y el corazón de Oriel difícilmente podrá resistirse a la insistencia de sus palabras...y de sus caricias.

EL ESPÍA DE LA REINA

Blade no ha acudido a Richmond Hall en busca de la dote de Oriel, sino como espía enviado de la reina, persiguiendo un peligroso secreto que Oriel esconde sin ni siquiera saberlo. Por eso, no está dispuesto a aceptar sin más su rechazo. Blade utilizará todas sus artes de seducción para despertar en Oriel una pasión que le permita acceder a su secreto. Pero en el juego de la seducción, la pasión puede ser una trampa incluso para el jugador más experimentado...

La acción de este libro nos ubica en Inglaterra, durante el reinado de Isabel I. Una historia repleta de aventura, traiciones, embrollos políticos e intereses donde se dan cita dos protagonistas bastante típicos, Oriel y Blade.

Blade es uno de los hombres de confianza de la reina Isabel y se le encarga una misión bastante comprometida porque tiene que lidiar ni más ni menos que con una mujer de armas tomar, terca como una mula y capaz de desafiar a cualquiera. Pero empecinada o no, Blade debe cumplir la misión encomendada por Isabel I, por tanto va a Richmond Hall. Debe seducir a Oriel para arrancarle un secreto que ni siquiera sabe que existe porque la continuidad del reino está en peligro.

Como cualquier puede imaginarse, Blade va a intentar por todos los medios a su alcance seducir a la muchacha. Desde luego no tiene intenciones de caer bajo el enamoramiento, él es un espía de la Corona en una misión, sin más. Pero no cuenta con la personalidad de Oriel ni con el atractivo que le envuelve.

Analizando a la protagonista, se trata de una joven muy decidida, puede que demasiado para la época en la que se argumenta la novela. Está un poco harta de ver desfilar por Richmond Hall a distintos pretendientes que lo único que buscan es su dote. Ninguno despierta el más mínimo interés en ella hasta que aparece Blade, quien en apariencia, no es más que otro de los que pretenden conseguir una mujer con fortuna. Decide no aceptarlo tampoco, lo que va a ser complicado es resistirse a sus encantos, a sus besos y caricias.

Oriel, como digo, me ha resultado un poquito altanera. No engreída, no, pero sí con demasiado ímpetu, bastante terca para ser tan joven. Tal vez si hubiera tenido unos años más podría haber cuajado mejor su forma de ser. Tal vez yo me confunda, pero es que en esa época es difícil imaginarse a una jovencita de veinte años con esa iniciativa. Es verdad que está consentida, que tiene una cuantiosa dote que hace de ella un peón en las intrigas políticas de entonces y que está harta de que los hombres la ronden por conseguir su dinero, sin apreciar sus valores personales. Bueno, aparte de su carácter, el personaje está bien descrito.

Blade es un tiarrón de ojos grises, voz profunda, guapísimo. Es el clásico héroe que gusta y además espía, lo que le hace más interesante. Un hombre fuerte, que ha vivido muchos años en el extranjero, que ha sufrido el dominio de un padre violento que atentaba contra él y contra su madre, que no tiene intenciones de casarse.

La historia nos pasea por la intrigas políticas de la cote de Isabel I, nos mete dentro de algunos complots, de traiciones y del complicado pasaje de la reina inglesa contra María, reina de Escocia.

Se agradece la aparición de personajes reales en la novela porque la convierten en un libro interesante que, de paso, nos enseña algo de Historia. Novelado o no el argumento, se conocen datos de la época, que siempre es bueno. Así que prepararos para leer sobre personajes de ese tiempo.

A destacar, la narrativa, se ve que se ha trabajado además la búsqueda de datos auténticos.