Victoria Alexander - What a lady wants

Crítica realizada por Lidia

(Sin traducir)

Este es el segundo libro de la serie "The Last Man Standing" en la que cuatro caballeros hacen una apuesta para ver cuál es el último en caer en la redes del matrimonio.

Nigel Cavendish sabe que se casará algún día pero tiene toda la intención de que ese día sea muy lejano y mientras tanto espera disfrutar de todas las mujeres y placeres que la vida ponga en su camino.

Lady Felicity a sus veintitrés años ha dejado pasar ya varias temporadas, aún sigue soltera y sin perspectivas de que eso vaya a cambiar.

Las aventuras con mujeres por parte de Nigel son bien conocidas por todos, sin embargo, él se cuida mucho de mantener solo relaciones con mujeres casadas que tienen ciertos acuerdos con sus maridos y que no esperan otra cosa nada más que pasar un buen rato. Cree tenerlo todo controlado hasta que un día se encuentra en el dormitorio de una señora cuyo marido no está al tanto del supuesto acuerdo que entre el matrimonio la dama le ha contado a Nigel que tienen. Así que el protagonista tiene que salir por pies y va a parar al jardín de Felicity y esta le ayuda a escapar del aprieto.

Un poco antes, Felicity había estado pidiendo un deseo: conocer a un hombre que le hiciera feliz el resto de sus días. Así que cuando Nigel aterriza en su jardín, comienza a cumplirse su sueño... y Nigel tampoco es que precisamente se pueda resistir a la joven. La cosa, para el empedernido soltero comienza a complicarse.

Una historia un tanto típica puesto que, como casi siempre, ella está preparada y dispuesta para casarse y él cree que la protagonista no merece un calavera como él.

La hermana de Nigel juega un papel importante para hacer pasar a este por el aro, y entre las dos mujeres creen poder conseguirlo... pero Nigel es más duro de pelar de lo que creen. La guerra de sexos está servida.

Unos personajes simpáticos, entrañables y divertidos, y una novela con una bonita historia de amor con escenas sensuales y sentimientos ardientes y dulces, además de la siempre amena e inteligente escritura de Victoria Alexander.

Un libro que cuenta una historia sencilla y cuya de lectura resulta muy agradable.