Lo que importa es el amor, el miedo, el dolor, la cobardía, la euforia, el deseo y la desesperación que sintieron. Y cualquier persona, más allá de su sexo, edad...
He imaginado a un hombre maravillosamente imperfecto, y he dejado que una mujer igual de imperfecta invada su espacio para apoderarse de todo lo que él ama y considera suyo.
No concibo mi vida sin libros de otros géneros y, por eso, tampoco la imagino sin escribirlos. Adoro la novela romántica, pero el que ahora me dedique a crearla lo considero algo plenamente circunstancial.