Ana Iturgaiz: Entrevista

Hola, Ana, antes de comenzar la entrevista queremos felicitarte por haber resultado finalista del II Certamen de novela romántica.

Muchísimas gracias. Estoy encantada de poder compartir con todas vosotras mi alegría por este premio.

- ¿Qué hace que una ávida lectora se convierta un día en escritora?

Lo cierto es que fue por pura casualidad. Hace unos cinco o seis años decidí abrir un blog y contar en él las cuestiones que me pasaban por la cabeza. La gente que se conectaba y que me conocía comenzó a decirme que lo hacía bien bastante. Yo empecé a darle vueltas a la posibilidad de escribir algo más largo y un día, de repente, me di cuenta de que ya tenía los personajes en la cabeza. Me apunté a un curso de escritura y tres meses más tarde me encontraba con un tercio de una novela encima de la mesa. Así que no tuve más remedio que acabarla.

- Tus obras vienen cargadas de sentimientos, en tu opinión, ¿las emociones que podemos vivir a través de la lectura son merito del autor o labor del lector?

Cada uno tiene su parte. Yo creo que un autor tiene la obligación de hacer su trabajo lo mejor posible. Descripciones fidedignas, diálogos naturales y, desde luego, la narración de lo que mueve a cada personaje son imprescindibles. Pienso que esa es la única manera de entrar en el mundo privado de los personajes, en el de sus temores, sus alegrías y, por supuesto, en el de sus sentimientos. Y todo ello es clave para conseguir que el lector acabe seducido por la historia. Pero, por otra parte, el lector también tiene que dejarse envolver en el ambiente que el autor ha creado para él, también tiene que poner de su parte, y hay veces que no se consigue. Yo soy de la opinión de que hay un momento para cada libro, por lo tanto, si un lector no acaba de imbuirse en la historia que tiene delante, lo mejor es cerrar las páginas del libro y dejarlo para otro momento.

- ¿Qué importancia le concedes a la ambientación en una novela? ¿Cómo se consigue crear, de forma tan realista y exquisita, el entorno y la época en la que se desarrollan tus historias?

Esta es la parte que más me gusta, seguramente porque es la que menos esfuerzo mental exige. (Risas). Yo siempre digo que tengo muy poca imaginación y que no soy capaz de visualizar un escenario sin conocerlo. Por ahora, todo lo que he escrito lo he situado en un lugar que ya conocía de antemano (en el caso de Bajo las estrellas, tengo fuertes lazos familiares que me unen a la zona de Navarra en la que transcurre) y al que, además, podía desplazarme con facilidad para confirmar detalles. Con respecto a la época, por suerte, existe mucha documentación a la que acudir y que describe la vida cotidiana y las costumbres de cada momento histórico. Después, supongo que es cuestión de ir dejando caer pequeñas pinceladas a lo largo de la narración para darle verosimilitud y empaque.

- Hasta ahora eras conocida por tus cuentos y relatos cortos, gracias a ellos has quedado finalista en varios certámenes. ¿En la creación de uno de ellos qué produce mayor satisfacción? ¿Cuál es el mayor reto que exigen?

Escribir un relato me resulta de lo más gratificante, sobre todo porque en un plazo más o menos corto, tres o cuatro días a lo sumo, ya tienes una historia con principio y fin. En el caso de las novelas, este periodo es mucho más largo (en mi caso, cerca de un año) y, a veces, pesa demasiado. Es por eso por lo que suelo intercalar la escritura de relatos en medio de una novela, sólo por la dicha personal de ver alguno de mis trabajos finalizado.
Con respecto a la dificultad que exigen, diría que la necesidad de explicar el antes-durante-después de la historia en apenas seis o siete páginas es lo más complicado. Pero es precisamente eso lo que los hace tan intensos.

- ¿Cómo definirías a un escritor? Y, ¿cómo te defines tú como escritora?

¡Uff! La verdad es que no lo sé muy bien. Diría que un escritor es toda aquella persona que se mete en el mundo de los personajes y es capaz de plasmar en palabras sus días, sus hechos y sus pensamientos. Aquél que se toma la escritura con la seriedad que se merece.
¿Cómo me defino yo como escritora? Yo todavía me veo como una “escritora a prueba”. Hasta ahora cuando me he planteado escribir algo siempre he puesto por delante la frase “a ver si…”. Así, con mi primera novela, fue “a ver si consigo acabarla”, con la segunda “a ver si mejoro los diálogos” y con Bajo las estrellas “a ver si puedo encajarla en un marco histórico”. Ahora estoy planteándome cuál va a la siguiente prueba.

- En la soledad que implica la creación ¿se convierten los personajes en compañeros y confidentes de la escritora o es mejor mantenerlos a una prudente distancia para que no interfieran en lo que la autora tenga previsto para ellos?

Yo comienzo mirando a los personajes como si ellos estuvieran al otro lado de un muro. Los observo y voy describiendo lo que veo, pero poco a poco, según transcurre la historia, voy cogiendo confianza hasta acabar metiéndome dentro de ellos. Así que llega un momento en el que no tengo dudas sobre cómo tienen que reaccionar ni hacia dónde tienen que moverse. Esto a veces me obliga a cambiar parte de lo que tenía pensado para ellos. Resulta complicado mantener la distancia cuando convives con ellos casi un año.

- A la hora de acudir a un certamen, es fundamental creer en una misma y en la obra que se presenta ¿Cuáles fueron las razones que te decidieron a tomar parte en esta convocatoria? ¿Qué podremos encontrar en Bajo las estrellas?

Para una persona novel, a veces resulta difícil darse a conocer en el mundo editorial y el Certamen me apreció una excelente oportunidad. Afortunadamente, hacía poco tiempo que había terminado Bajo las estrellas y, cuando vi la noticia, no me lo pensé dos veces y la mandé.
En ella podéis encontrar ladrones, templarios, castillos, soldados, mazmorras, persecuciones, huídas, pero sobre todo una historia de amor entre dos personas en el marco incomparable de la Navarra de principios del siglo XIV.

- Una novela romántica es la historia de un amor. ¿Cómo es el amor entre Margueritte y Gabriel?

Sobre todo muy real. Un amor muy de la calle, muy verosímil, sin grandes tragedias ni grandes pasiones, un amor cauto y callado, y sin embargo, tan profundo que ambos son capaces de arriesgar su propia vida, son capaces de renunciar a él por el bien de la persona amada.

- Desde el momento en que se envía una obra hasta la fecha en la que se conoce el resultado hay tiempo suficiente para…

…para hacer un curso de archivos, para buscar trabajo, para dedicarlo a los deberes familiares, para comenzar a documentar la siguiente novela, para leer, para pensar, para salir con amigos, para escribir,… ¡para tantas cosas! Además, el tiempo pasa muy deprisa y la espera se hace corta.

- ¿Cuál es el sentimiento que prevalece tras saberse merecedora de un reconocimiento como este?

De orgullo personal, de trabajo bien hecho. Cuando recibes una noticia como ésta, la ilusión es enorme. Un premio es sobre todo un gran reconocimiento al esfuerzo realizado, y eso emociona.

- Para Ana Iturgaiz ¿qué es tener éxito?

Saberse leída, saberse comentada, saberse criticada.

- ¿Te gustaría decir unas palabras a aquellas que siguen luchando por dar a conocer sus obras?

Bueno, yo sólo puedo contar lo que a mí me ha funcionado por si a ellas les resulta útil: seguir intentándolo, seguir mejorando, dar a leer sus escritos a distintas personas, encajar las críticas, estudiarlas y aprender de ellas, comentar los problemas de la historia con otras personas, pero sobre todo escribir todo lo que se pueda y enviar los escritos. Dejarlas en una carpeta del ordenador no vale de nada, ya que de esa manera nunca nadie sabrá que existen.

- Muchas gracias, Ana, por habernos respondido a estas preguntas. Queremos desearte mucho éxito con Bajo las estrellas y toda la suerte del mundo en tu carrera como escritora.

Muchas gracias a vosotras por la oportunidad que me habéis dado. Sólo espero que las lectoras disfruten tanto con Bajo las estrellas como yo lo hice al escribirla.

Bajo las estrellas

Sinopsis:

Margueritte Roux es, aparentemente, hija de un simple orfebre afincado en la villa de Estella. De niña escucha junto a otro chiquillo, Gabriel, una extraña conversación que ninguno de los dos comprende.

Once años más tarde, el orfebre ha muerto y Margueritte sólo guarda de él una tablilla y un sencillo anillo de plata engastado en una pequeña cazoleta tallada con flores de lis que sujetan un zafiro. Al descubrir por unas cartas que su padre no era hijo único, como siempre le contó, y que tiene una prima, decide emprender camino hacia Francia.

Es entonces cuando vuelve a cruzarse su vida Gabriel, convertido ahora en un hombre cínico que se busca la vida como puede, y que es perseguido por la Guardia Real por defender de un ataque a los frailes que le cuidaron de pequeño.
Ninguno de los dos sospecha que el viaje que inician, escapando de los soldados, les va a arrastrar a una consecución de peligros donde la vida de ambos estará en juego.

Alguien está tratando de hacerse con la tablilla y el anillo...

Un romance repleto de aventura, en la época en que el infante de Francia está a punto de ser coronado rey del Reyno de Navarra.

Una novela de caballeros, cotas de malla, espadas, peligros, torres, callejuelas y un misterioso sello que pone el punto de intriga; sobre todo una novela escrita con valentía en un marco incomparable.