Mi compromiso con las lectoras es que se reirán, se enamorarán, caerán en las garras de seducción de nuestro héroe, y por unas horas olvidarán la oficina, el vacío de la nevera y el turno para el dentista...
Desde muy pequeña leía y desde muy pequeña escribía, es cierto que al principio leía muchos géneros y , desde que leí a Julie Garwood y su libro El Rescate, me aficioné mucho más a la romántica.
Os vais a divertir con los diálogos, a conmover con algunas de las escenas que se describen, y os van a enamorar los personajes, tanto los principales como los secundarios.
Si tuviera que destacar algo diferente en Miscelánea quizás sea los diálogos entre Julio y Victoria, esos diálogos cargados de tensión, esas palabras que van a dar donde más duele.
Me encanta que una historia, unos personajes y un escenario que empieza solo como una idea en mi cabeza, termine convirtiéndose en un mundo para otras personas –gente de todo el mundo– al que pueden entrar y disfrutar.
Yo comienzo mirando a los personajes como si ellos estuvieran al otro lado de un muro. Los observo y voy describiendo lo que veo, pero poco a poco, según transcurre la historia, voy cogiendo confianza hasta acabar metiéndome dentro de ellos.
Puestas a soñar y disfrutar con grandes amores y galanes impresionantes, que mejor que hacerlo en épocas pasadas, dónde los hombres eran caballeros y se acercan más a la definición de príncipe azul.
Me decidí por Nowevolution porque, a pesar de ser pequeña, me propuso un contrato honesto. Tienen muchas ganas de trabajar con autores españoles y el editor es un encanto.
Es divertido porque las cualidades que más admiro en un hombre son diferentes de las que quiero en un héroe (el protagonista de una novela). Admiro la honestidad, la amabilidad, que sea un buen padre...
La obra que más trabajo me ha costado, es una que no se ha publicado todavía. Está ambientada en un momento de la historia muy difícil y convulso. Con demasiados villanos y pocos heroes.
Es el subgénero en el que más cómoda me siento, seguramente porque escribir sobre la época actual es más realista. La mayoría de las novelas que he escrito son contemporáneas, aunque también me atrae el subgénero paranormal y el histórico.
Las ideas simplemente vienen a mi y luego trabajo en ellas hasta que se convierten en una historia. A veces una pintura inspirará una historia, a veces un personaje empieza a hablar en mi cabeza...
Normalmente suelo combinar ambos subgéneros por lo que cuando termino una novela histórica me apetece escribir una actual y viceversa. Pero reconozco que mis inicios en la novela romántica fueron con historias contemporáneas.
Tenía alrededor de catorce años cuando leí mi primera novela de Kathleen Woodiwiss y ¡Guauu!, nunca había leído un libro como ése. Para empezar por esas escenas tan íntimas. Y adoro el modo en que se centró en la relación principal de la historia. Era tan intensa.
Nunca me han llamado la atención las heroínas perfectas y preciosas. No lo encuentro realista ni interesante. Como lectora me identifico más con las heroínas que tienen algún tipo de imperfección y como escritora, prefiero escribir sobre este tipo de personajes.