Dicen algunos de los más renombrados profesionales entre los bastidores de la psicología de la creatividad que lo único que diferencia a un artista de un científico es que el primero involucra en su trabajo sus experiencias vitales, su yo más personal, sus —lo que es más arrebatadoramente doloroso— emociones más íntimas. Reiteran estos expertos que, al final, la labor de uno y otro vendría a ser la misma: observar y describir el mundo que les rodea, así como solucionar los problemas que éste les plantea de la forma más válida posible.
Me van a permitir sus ilustrísimas que discrepe. En mi humilde opinión, a pesar de simpatizar de forma abierta con las líneas que el estudio de la conducta establece, siempre me he preguntado cómo es posible medir el arte, y aún hoy lo hago. Me pregunto quién sería capaz de acotar, definir, analizar y cuantificar algo que nace del alma, lo más abstracto e intangible de cuanto el ser humano posee. Desde mi punto de vista, el arte ni se puede tantear ni, bajo ningún concepto, se puede limitar. Lejos de reduccionismos de laboratorio, el arte debe mostrar la realidad, sí, pero amplificada; huir de los microscopios y situarse próximo a los altavoces de una gran sala. Que llegue a todas partes y, después, que cada uno haga con su arte lo que quiera.
¿Qué puede haber de malo en el arte cuando éste realmente lo es?
No entiendo, por lo tanto, el carácter sectario de la novela romántica. No me entra en la cabeza, y pido disculpas desde este preciso instante por si a alguien ofendieran mis palabras, que haya en esta pequeña parcela artística, la parcela donde se siembran amores prohibidos, florecen caricias y se recolectan pasiones duraderas, la misma cerrazón mental que en una aldea rocosa. No sé a qué viene que tengamos que estar apartadas de los demás libros, ni a santo de qué las autoras se autocalifican con la coletilla de románticas. Ni tampoco por qué demonios nuestras portadas siempre son las más horteras de la promoción.
Pero, y esto es lo que en verdad me atormenta, no comprendo por qué no se nos permite vivir nuestro arte como se nos antoje. Por qué un pseudónimo romántico está vetado para según qué editoriales o agencias. Por qué el hecho de escribir novelas de amor es una lastra y no un orgullo para quienes las crean. Por qué quienes disfrutan narrando tienen que someterse a la santa voluntad de los clichés, a menudo obsoletos o poco didácticos. Por qué los que tienen predilección por el romance son, según la idea generalizada, menos artistas que los otros, se esfuerzan menos que los otros, son más incultos que los otros.
Por qué hay un sector de la literatura que no es literatura. Y menos que nada entiendo que cualquier puente, cualquier paso que pudiera salvar esa distancia nunca haya llegado a construirse. A lo peor, los miembros de ambos bandos están de acuerdo en esta guerra absurda e, ignorantes, ninguno de los dos siente el más mínimo interés en saber qué es lo que aguarda del otro lado.
Artículo realizado por Érika Gael
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Comentarios (14)
Ariel1210
Este articulo hace abrir los ojos y espero que muchas personas que piensen así, lean estas lineas y reflexionen.
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Bona Caballero
Si, a estas alturas alguien se pregunta de verdad el porqué, yo cuento siempre mi teoría: porque es un subgénero principalmente femenino, escrito por y para mujeres y con mujeres protagonistas. A los hombres (en general) no les interesan las historias de amor. Y el "stablishment" libresco español (y el de todos los sitios, supongo) está dominado por muchacos y no muchachas. Al menos a Dan Brown lo citan para ponerlo verde, a Nora Roberts "et cíe" simplemente la ignoran.
También es verdad que hay novelas románticas (como de cualquier otro género) muy malas, y defender fanáticamente a nuestras autoras favoritas incluso cuando escriben bodrios, no ayuda. El problema es que el que no lee romántica juzga el género por sus peores ejemplos, no por los mejores.
Ahora, no estoy tan segura respecto a las otras cosas... Creo que una cosa es la creatividad, que puede y debe usarse en cualquier actividad de la vida, y otra el arte. Y aún diferenciaría más: los productos culturales, más o menos crestivos, pero no artísticos. El arte, como cualquier actividad humana, es suceptible de ser estudiado, delimitado, analizado, clasificado, etc.
Hay libros buenos y libros malos. Cuáles de ellos serán considerados, con el tiempo, Literatura, pues quién lo sabe. La mayoría no.
¿Quién lo define? Pues el público, los expertos, pero sobre todo, el tiempo, el gran juez de todas las cosas. Seguro que junto a Homero había muchos tipos contando chistes tipo Chiquito de la Calzada, pero justo eso no nos ha llegado. Por algo será.
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Rosita
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kkekka
No se porqué se desprecia la novela romantica y por ende a sus lectores. No se qué tiene de malo la expresión de sentimiento amorosos en este tipo de libros.
El hombre siempre tiende a clasificar, encajonar, medir... Y cuando algo no se puede medir y se le escapa de las manos simplemente pierde el norte.
En el fondo creo que es una cuestión de complejos. Recemos para que se quiten los suyos.
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*Sheyla*
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Rocío
Si los seres humanos buscan amor, una pareja, se enamoran, se casan o conviven, viven cada día sorteando obstáculos tratando de ser felices. Pero cuando una escritora o escritor quiere narrar esos hechos en cualquier sub-género romántico, lo denigran, lo relegan, le dan cualquier calificción menos la que le corresponde: Literatura.
Cuando era adolescente me escondía para leer las novelas de Corín Tellado, que publicaban en la revista ¨Vanidades¨. Nadie que las comprara parecía leer esa parte. !Ah, pero si veían la telenovelas! No entiendo la diferencia.
Particularmente me gusta más leerlas. Hasta ahora sólo he aprendido de ellas, incrementado mi vocabulario, conocido la historia y lugares a los que quizás nunca viajaré.
Lo que me alegra es que haya editoriales como Vergara, Ediciones B, Harlequin, entre muchas otras que apoyan el género. Veo que en España está mejor vista la literatura romántica, y lo mismo quisiera que sucediera en Latinoamérica.
Excelente artículo. Gracias a Erika.
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Katon
Hace un año te habría contestado que la situación había mejorado un poco, ya no se escondían los libros de romántica tanto como antes, pero ahora en mi opinión, está tan denigrado o más que antes. El boom de cierto subgénero que no voy a citar y que todos sabemos lo ha devuelto a sus peores días, cuando se pensaba que solo lo leían mujeres sin formación ¡qué error más grande!
El mejor ejemplo de cómo se trata a la novela romántica la encontramos en las propias librerías. En muchas librerías aún sigue relegada a esa "zona del fondo" donde no haya nada más, donde te sientes casi como algo menos aunque tu dinero sea igual de válido que el que compra una novela histórica.
Es triste, es frustrante pero a mí me da lo mismo, voy a seguir comprando y leyendo novela romántica...
Fantástico artículo Érika
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Bona Caballero
Hace poco fui a Londres y en una megacadena no había sección de romántica. En otra, la verdad es que me impresionó porque diferenciaban romántica histórica (Balogh, Putney, etc) del resto de romántica. Yo personalmente estoy a favor de que haya sección de romántica en las librerías, que seamos visibles, y también para saber dónde buscar, claro.
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Anasy
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Aspasia24
Me ha gustado la comprarción entre el artista y el científico. Yo soy de letras puras (a mucha honra) y me gustaba mucho la asignatura de química. Pero sin intención de divagar creo que el científico cierra el círculo antes de dubujarlo. Me explico.
La ciencia busca explicar casos concretos. Como pequeños objetos que puedens guardar en un cajón. Todo se hace con la rzón y por lo tanto todos podrán coincidir porqué los hechos son los hechos.
El arte no lo puedes guardar en un cajón. Cualquier obra de arte es un gran todo que contiene una inmensidad de partes. La novela romántica es un ejemplo de ello.
En lo que se refiere a como ven algunos sectores editoriales la novela romántica yo creo que es por la comercialización del arte de elaborar un libro. Todo es un negocio y el objetivo es conseguir cuantos más super ventas mejor. Razón por la cual habría que insistir que en la educación de una persona es vital la lectura. Con ella además se genera amor por los libros. Y ese amor solo podemos sentirlo y comprenderlo las lectoras como nosotras. Lectoras orgullosas de serlo y más en este país donde la cultura está mal vista.
Así que eduquemos a futuros lectores. Más libros y menos televisión. Y puestos a pedir mejores portadas que las actuales. Si las editoriales quieren fidelidad de sus lectores lo tienen muy fácil: que les escuchen. Son la mejor fuente de información. El estudio de mercado más riguroso que podran encontrar.
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rosamoni
estoy totalmente de acuerdo contigo, ahora a cualquier cosa llaman arte pero eso si cualquier cosa que no sea literatura romantica, es algo infravalorado, y que mueve muchisimo dinero, pero es la hermanita pobre de la novela.
uno pone un florero roto encima de una mesa y un titulo muy largo que diga naturaleza muerta explorando el sentido de las cosas y madre mia arte en su estado puro pero si escribes novela romantica no solo no eres una artista sino que te deben sonrojar como si te avergonzaras, muy triste porque yo he leido verdaderas obras de arte y si señor eran novela romantica y de las buenas.
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Dougless
Coincido plenamente contigo en que el arte es ilimitado y así como yo respeto algún arte que no entiendo, quiero y espero que también respeten el arte que a mí me gusta y me llega.
Es tan fácil poner un nombre a algo y luego despreciarlo y a veces sin ni siquiera conocerlo que me da mucha rabia por todas las autoras que llevan años luchando para poder publicar y debido al contenido de su historia lo deniegan.
Muchas gracias a Erika por el artículo.
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ELSA
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Aysha
En referencia a las portadas....¡qué decir! al igual que Erika, sigo sin entender por qué son las peores portadas. El género romántico ya no tiene "buena fama" y peor la tendrá teniendo esas portadas tan horteras.
Me parece tán válido una escritora de romántica, como una escritora de misterio. Entonces ¿cuál es la diferencia? ¿por qué tanto desprecio al género romántico? Lo que no comprendo es cómo la gente desprecia o se avergüenza de dicho género, si en cualquier parte puedes ver una historia de amor. Es decir, cuándo uno lee novelas de misterio, hay muchísimas novelas que tienen su historia de amor; cuándo uno lee sobre Historia podemos encontrarnos con grandísimas historias de amor (valga la redundancia)¿y se avergüenzan de ello? ¡Ah no! Es que es Historia, es que es misterio ¡no es lo mismo! De una manera o de otra estás leyendo sobre un amor que si, depende de como se centre (no es lo mismo relatar con aburridos datos sin darle un toque más ameno, que relatar paso por paso, con buenas descripciones y sus pensamientos)y con ello también tenemos el cine. En el cine numerosas películas (por no decir la mayoría) tienen una historia de amor (ya sea de ciencia ficción, de misterio, de terror, etc,etc) ¡en cualquiera hay una: ¡pero no es lo mismo! ¿no?
En definitiva, que me lío más que una persiana, que nos guste o no aún queda mucho para que se reconozca éste género como se lo merece. Y aunque ha ido escalando puestos, queda un abismo enorme. Lo dicho, a quién le guste que disfrute y que no se avergüence. Y al que no le guste, pues se respeta, eso sí, que antes de decir nada que lea primero alguno, pues difícilmente podría tener en cuenta una opinión que no tiene la menor idea al respecto con éste tipo de novelas.
Un beso. ¡Excelente artículo Erika!
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