Fue una boda de blanco, pero no fué por amor. Annie Crooper se casó con Georgie McCabe por un único motivo: estaba esperando un hijo suyo.
Georgie no sería todo lo brillante que se quisiera, pero era trabajador, y con el paso del tiempo la familia prosperó. Annie tuvo cuatro niños, pero fué el primero el que le tenía el corazon en la palma de su mano.
Desde su infancia, Rance tenía un problema. Había rasgos en su carácter difíciles de entender o justificar, pero a cada lío en el que se metía, Annie se lo perdonaba. Sólo le bastaba mirarla de cierta manera para ganársela.
Madre e hijo estaban unidos por un cordón invisible, pero lo suficientemente fuerte para convertirse en una horca para ambos...
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