Un caballero normando que se ha ganado el favor del rey, Gabel de Amalville, debe demostrar la valía de su fidelidad derrotando al clan de los soliviantados MacNairin, cuyo cabecilla, el temible Duggan, se atrinchera en la fortaleza de Kengarvey para defenderse de aquellos que pretenden hacerle pagar sus tropelías de forajido. Gabel rapta a la indomable y hermosa hija del villano, Ainslee, y se la lleva a su solitaria morada para disponer de una baza con la que negociar. Una pasión entre el captor y su prisionera surge de forma incontrolada.
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Comentarios (1)
Tamara
A ver, no soy una gran fan de Hannah Howell, pero he leído la mayoría de sus novelas y algunas me han gustado y otras se han dejado leer sin más.
Esta concretamente no es que sea mala, pero no me ha terminado de gustar, no me ha emocionado, no me ha hecho sentir nada, y por momentos se me ha hecho pesada.
La protagonista, Ainslee, ha tenido una vida muy dura (bueno, ella y todos los desgraciados sometidos por su padre), sin embargo es una chica fuerte, ingeniosa y leal.
El protagonista, Gabel, no es que sea un mal tipo (prácticamente es como todos los protas de Hannah), es leal, honrado, con un estricto código de honor, justo, bla, bla, bla.
Mi problema con el libro es la relación que se establece entre ambos. Él está convencido de que necesita una buena esposa que aporte una dote para sus tierras, lo cual no quita que desee a Ainslee, pero no la ve como candidata a esposa, puesto que no posee ninguna de las cualidades que él considera necesarias. Si bien Ainslee no ha tenido una educación ortodoxa para una dama, sigue siendo una joven de alcurnia (aunque todo el mundo odiara a los de su clan y quisieran verlos muertos), y en aquella época el tema de la doncellez para este tipo de jóvenes era importantísimo. Pues bien, aquí el prota la desea, se acuesta con ella (siempre que puede), y en ningún momento se le pasa por la cabeza que la ha deshonrado y que por tanto debe reparar la afrenta, es más, mientras se acuestan, el muy cretino está buscando esa esposa que SÍ sea la adecuada. Otra cosa que tampoco me gustó es que a él lo vi muy desapegado, manteniendo una actitud (a mi parecer) distante, era amable, pero parecía que la cosa no fuera con él. Me explico, desde que se conocen, él la secuestra (para pedir un rescate), intentan matarla dos veces mientras está a su cuidado, su padre le da una paliza denlante de él, recibe otras palizas, la encierran en las mazmorras, intentan matarla de hambre, y recibe una flecha en el hombro que iba dirigida a Gabel... y ante todo esto yo me esperaba que él se enfadara, se arrepintiera, se sintiera culpable por todo lo que le pasa a ella, pero su actitud es más bien sosa, relajada y racional (si es que me daban ganas de zarandear al tipo para que entrara en razón). Pero es que ella no era mucho mejor, con cada desgracia que le pasaba por culpa de él ella siempre justificaba la situación y le decía que no era su culpa (¡ay tanto altruismo!). Pues eso, que entre la parsimonia de él (si es que parecía que no tenía sangre en las venas), y la generosidad y comprensión de ella, acabé de estos dos muy hartita, vamos que un poquito más de pasión, enfado, vehemencia por parte de cualquiera de ellos no hubiera estado de más.
En fin, que ya me he quedado a gusto.
En resumen, no es malo malísimo y se deja leer, pero tampoco aporta nada.
Saludos.
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