Kaitlin O'Riley - Un beso perverso

Valoración:

Crítica realizada por Anasy

Después de la muerte de su padre, Colette Hamilton se tiene que hacer cargo de sus cuatro hermanas, una madre inválida y una librería al borde de la quiebra. La única manera de salvar el negocio de su familia es dejarse guiar por sus poco convencionales planes…o aceptar la propuesta de matrimonio que le ha formulado su tío.
Pero, ¿qué pasa con ese apuesto extraño que acaba de entrar en la librería? Se trata de Lucien Sinclair, el hijo de un conde, famoso por sus aventuras y, por lo que se cuenta, poco apto para el matrimonio. Sin embargo, lo que Colette no sabe es que Lucien acaba de empezar a buscar una esposa desesperadamente. Su padre está muy enfermo y el joven quiere darle la satisfacción al conde de verle casado antes de morir.
Lucien busca una mujer normal y corriente, cualquier joven que no irradie excesiva belleza para proteger así su corazón. Pero por mucho que intenta alejarse de Colette, descubre que es incapaz de separarse de ella.
Conforme la pecaminosa atracción entre ellos aumenta, la única cuestión será si podrán sobrevivir a la tentación…

Compré este libro por un impulso pues no era un libro en el que me hubiera fijado al ver las novedades del mes, pero al final me picó la curiosidad pese a los recelos que siempre me entran con una autora que no he leído y sin ver ningún comentario sobre él.

Pero antes de comentarlo aviso a todos los que no sepan francés de que no pierdan mucho el tiempo leyendo los diálogos de la madre de Colette, ya que la mayoría están en francés y nadie se ha molestado en traducirlos. Eso y alguna palabrita que suena moderna demás, chocan un poco.

Ahora yendo a la historia. Colette es una joven de veinte años a cargo de sus cuatro hermanas menores y su madre, una mujer débil que apenas se levanta de cama, una mujer en cierta manera muy egoísta que ha dejado recaer todo el peso de las responsabilidades y el cuidado de sis hijas en Colette, pero que no duda en tomar decisiones a escondidas de ella cuando le conviene, decisiones que lastimarán a Colette.

Trabaja en la librería de su padre donde se ha criado y que ahora que él ha fallecido ella está empeñada en sacarla adelante y reformarla, pero las facturas no paran de llegar y su tío las acosa a ella y a su hermana Juliett para que consigan marido.

Lucien es un conde que entra en la librería Hamillton en busca de nuevos libros para su padre, gravemente enfermo. Pero en cuanto ve que ahora lleva la librería una mujer, sus prejuicios machistas y retrógradas salen en acción. Él no cree que una mujer pueda llevar un negocio pues son criaturas para ser cuidadas y mimadas, sobre todo una tan hermosa como Colette. Así que en un primer momento, los dos chocan un poco. Pero también se sienten irremediable atraídos el uno por el otro.

Y volverán a encontrarse a menudo en los bailes, porque él está buscando esposa antes de que su padre muera, y Colette está siendo arrastrada de un lado a otro por su tío para casarla con cualquier viejo con bastante dinero en los bolsillo.

Es una historia sencilla, los diálogos son buenos y tiene escenas divertidas. Lucien es un protagonista que a mi modo de ver no está muy bien definido, tanto es amable y encantador, como un retrógrada machista que incluso apoya a la madre de esta y a su tío cuando estos opinan que no debe trabajar en la tienda y que debe buscarse un marido, como toda mujer tiene que hacer. Está dispuesto a casarse con una mujer sosa con la que ni siquiera puede mantener una conversación, a hacerlo con la mujer que lo atrae debido a prejuicios y experiencias pasadas, que en mi opinión son excusas que me han parecido bastante débiles.

Y luego está su mejor amigo Jeffrey, un personaje muy bueno, que me ha gustado mucho más que él, y que mantiene una extraña relación con las dos hermanas mayores, es un personaje simpático y más interesante que el propio Lucien y por supuesto están las cuatro hermanas menores de Colette, todas distintas entre si.

Le encuentro algunos fallos, para mi le falta un poco de chispa, más profundidad sobre todo con los protagonistas, como dije, Lucien no termina de encajarme en el papel principal, pero en general es una historia que se lee del tirón, sin grandes emociones ni pretensiones, para pasar un buen rato entretenido pero nada más.

Mi valoración: Bueno


Crítica realizada por Mariam

Tras la muerte de su padre, Colette Hamilton debe hacerse cargo de sus cuatro hermanas, una madre casi inválida y de la librería de la familia que está al borde de la bancarrota. Colette tiene grandes sueños para la librería, pero desgraciadamente no cuenta con capital para llevarlos a cabo y, siendo mujer, la Inglaterra Victoriana no le ofrece demasiados recursos ni apoyo. Sin embargo, la capacidad de inventiva de Colette es inagotable y, con la ayuda inestimable de sus cuatro hermanas, no está dispuesta a rendirse hasta la librería Hamilton se convierta en una de las mejores librerías de Mayfair.
Pero a la vez que trata de sacar a flote el negocio familiar debe lidiar con inesperados contratiempos. Por un lado, los planes de su tío Randall, empecinada en darle a sus dos sobrinas mayores, Colette y Juliette, una temporada en Londres para que hagan un buen matrimonio. Por otro lado, los sentimientos que Lucien Sinclair, el conde de Waverly y futuro marqués de Stancliff, le inspira.

A Lord Waverly le precede una fama de mujeriego, así que cuando los rumores de que el heredero del marquesado de Stancliff está pensando en sentar cabeza y tomar esposa, los salones de baile se llenan de chismorreos y madres que tratan de llamar la atención sobre sus hijas. La realidad es que Lucien está meditando muy seriamente en casarse. De hecho tiene pensado en elegir a su futura condesa y marquesa antes de que finalice la temporada de Londres. La debilitada salud de su padre le hace pensar que tal vez no sobreviva mucho más y, por ello, sintiéndose culpable por la vida alocada que ha llevado durante años, desea que sus últimos días sean lo más felices posibles. Y Lucien sabe que su padre desea verlo casado.
Así que, a su pesar, comienza a asistir a bailes y reuniones sociales. Y en una de ellas se reencuentra con la bella Colette Hamilton, a quien no puede olvidar desde la tarde que la conoció en su librería.

Colette es demasiado moderna y liberal para su gusto. Lucien necesita una esposa dócil y sumisa, gris y aburrida, que no le despierte grandes pasiones. Una mujer que no ponga en peligro su corazón.
A pesar de ser un conde –y por tanto un buen partido- Lucien no es el marido que Colette desea. Sabe que desaprueba que una mujer trabaje, que sea independiente y tenga ideas propias. Además sabe que él nunca posaría sus ojos en la humilde dependienta de una librería.
Está claro que ninguno son lo que el otro busca o desea, pero desafiando a la razón, sus corazones parecen empecinados en latir desacompasadamente cada vez que sus miradas se cruzan. Y eso hace que cada vez sea más difícil no rendirse a la tentación.


Desde que leí la sinopsis de Un beso perverso me sentí cautivada por esta novela. Tenía el pálpito de que iba encontrarme con una historia que podía gustarme, pero no sabía hasta que punto. La realidad es que me ha encantado la historia de Colette y Lucien. Las expectativas que había depositado en ella se han cumplido y con creces.

Kaitlin O'Riley nos traslada al Londres de la época Victoriana y nos describe dos mundos tan diferentes como el día y la noche que se entrelazan en una trama que me ha atrapado página a página.
Por un lado conocemos la vida de una humilde familia de mujeres que viven en Bond Street -un barrio elegante y de alto status- regentan una librería de la que el difunto señor Hamilton nunca logró hacer un próspero negocio y viven en el local de encima; por otra la vida del solitario conde Waverly cuya única familia es un padre enfermo y envejecido, rodeada de lujos y todo lo que el dinero puede comprar.

Desde que Colette y Lucien se conocen una tarde, cuando Lord Waverley acude a la librería a comprar unos libros para su padre, la atracción nace entre ellos. Pero ninguno ve en el otro al hombre o la mujer con la que quieren compartir su vida. Ninguno entra en los planes de futuro del otro.
Aún siendo una mujer realista que vive con los pies en la tierra, Colette cree en el amor, aspira a él. Pero su deseo de hacer de la librería Hamilton un negocio próspero se interpone en sus perspectivas de matrimonio. Pues, ¿qué hombre accedería a que su mujer trabaje?
Tras un desengaño amoroso, Lucien juró no volver a enamorarse. Ya no cree en el amor. Durante años no ha pensado en casarse pero el deseo de su padre de verlo casado le llevan a tomar tal determinación. Sólo necesita una joven de buena familia, dócil y sumisa, como la señorita Faith Bromleigh. Para nada una mujer tan vital y sensual como la intrépida señorita Colette Hamilton. ¿Qué conde y futuro marqués podría tolerar que su condesa y marquesa trabajase?

No podría decir que el argumento de Un beso perverso sea original o novedoso. Cierto. Pero me ha maravillado la pluma de Kaitlin O'Riley, cómo ha logrado tejer una historia de amor tan emotiva, divertida y chispeante partiendo de una historia que a primera vista no parece que pueda ser diferente.

Desde mi punto de vista los protagonistas de la novela, así como los personajes secundarios que aparecen en la historia, están muy bien construidos y delineados.
Las cinco hermanas Hamilton, a primera vista tan parecidas, son en realidad jóvenes muy diferentes las unas de las otras. Me ha emocionado y divertido muchísimo el vínculo que existen entre estas cinco hermanas, cómo la autora logra describir y transmitir los lazos fraternales que existen entre ellas.
En cierta manera la atmósfera que rodea a las señoritas Hamilton me recordó a las hermanas March, de la maravillosa novela de May Louise Ascott, Mujercitas (una de mis novelas favoritas). No es que exista similitud entre ambas novelas, pero al leer Un beso perverso he recordado viejas emociones que sólo sentí al leer Mujercitas.
Debo hacer una mención especial a Jeffrey Eddington, el mejor amigo de Lucien y un personaje vital en la novela. Alguien que, sin duda, y así lo espero siga teniendo una mención especial en las novelas de las otras hermanas Hamilton porque su carisma, sentido del humor y lealtad me han conmovido y divertido.

Aparte de la encantadora historia de amor que nos cuenta esta novela, me ha encantado como aborda el tema del papel de la mujer en la sociedad Victoriana. Es algo que en ocasiones, en otras novelas de esta índole, no queda reflejado, al menos de una manera realista. Pues en ellas las mujeres suelen ser independientes sin que se cuestione que, en realidad, en esa época no contaban con la libertad que se nos cuenta. Pero en Un beso perverso es algo que se aborda de un modo muy inteligente y creíble.
Para mí otro de los puntos fuertes de la novela son sus diálogos. Chispeantes, inteligentes, incluso mordaces en ocasiones, son la arma con que Colette y Lucien entablan sus contiendas.

Y, por supuesto, reiterar que la historia de amor me ha parecido sencillamente maravillosa. Hacía tiempo que una novela con una temática similar no lograda atraparme como ésta lo ha hecho. Además es una historia con un carga muy sensual, narrada con una elegancia exquisita.
Poco más puedo añadir.

Creo que Un beso perverso es una novela chispeante, refrescante, romántica y sensual que nos traslada a la época Victoriana y nos cuenta una historia de amor cargada de mordacidad, ideas liberales, feministas y, ¡cómo no!, con unos protagonistas carismáticos de los que dejan huella.
Me he llevado un gran sorpresa con esta novela. Tal vez no sea una novela perfecta, pero la verdad es que tengo que reconocer que me ha atrapado página a página y que hacía mucho que una novela de esta temática no me calaba ni divertía igual.

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