Jacquie D'Alessandro - Despiertos a medianoche

Crítica realizada por Zurine


El libro de Mary Shelley, Frankenstein, tiene alborotadas a todas las jóvenes de Londres, sobre todo a la señorita Sarah Moorehouse. Su imaginación está en plena ebullición, de modo que cuando divisa a Matthew Devenport, marqués Langston, entrado a hurtadillas en su casa a altas horas de la madrugada con una pala en la mano, no le queda más remedio que investigar. Alentada por la curiosidad, la aventurera muchacha se cuela en su recámara... y es pillada con las manos en la masa por este guapísimo aristócrata totalmente en cueros.

El marqués Langston tiene mejores cosas de las que preocuparse que de un grupo de jovencitas amantes de la literatura. Pero el plan maestro de Matthew para salvar a su familia de la ruina podría verse frustrado cuando descubre a Sarah escondida tras las cortinas de su cuarto. ¿Qué estará tramando la entrometida mujer? ¿Y por qué su deseo se inflama por una muchacha que es demasiado inquisitiva para su propio bien? Bueno, dos pueden jugar al mismo juego... Y cuando Matthew captura a la seductora Sarah en toda su desnuda gloria, la noche de travesuras tan solo acaba de empezar...


Con una trama diferente y unos diálogos realmente enrevesados, Jacquie D'Alessandro parece iniciar una serie interesante y entretenida.

"Despiertos a medianoche" relata la historia de Matthew, lord Langston, y Sarah, dos personajes completamente diferentes, opuestos en el mismo sentido de la palabra. Matthew es un hombre con necesidades reales, deja fuera las cosas banales y se dedica en cuerpo y alma a encontrar una solución a la penosa situación en la que lo dejó su difunto padre. Necesita encontrar una heredera urgentemente, y con esa intención convoca una reunión social en su hacienda, dispuesto a conseguir su objetivo.
Sin embargo, encontrará un pequeño problema en su meta; un problema que viene con nombre: Sarah Moorehouse. Una mujer inteligente y vivaz, que esconde con habilidad el dolor de no ser como el resto de las jóvenes. De físico poco agraciada, sabe inconscientemente atraer la atención con sus conversaciones diferentes e intrigantes...

Junto con sus dos mejores amigas y su hermana viuda, pone todas sus ilusiones en crear al hombre perfecto, regalándole así en secreto a su alma otra ilusión que se pierde en sus noches solitarias.
Lo que no sabe, es que poco a poco, va descubriendo detalles de ese hombre perfecto creado por las cuatro jóvenes, en lord Langston.

Entre secretos, descubrimientos, situaciones inesperadas, diálogos chispeantes y sentimientos que se desbordan, Jacquie D'Alessandro ha obrado una historia de amor, a mi parecer, entretenida pero sin muchas más pretensiones.

No puedo dejar de reconocer que me he reído a carcajada limpia, porque nadie como esta mujer sabe manejar las conversaciones de los personajes de manera tan sutil y directa. Es realmente increíble su habilidad a la hora de crear las respuestas perfectas a los comentarios de sus personajes.

Ese es un punto importante en la novela. Es ágil, divertida, pero no tan memorable como "Rosas rojas" (su gran obra maestra, en mi opinión).
No me ha parecido un libro profundo ni de esos que dejan huella. De sobra es una apuesta segura, pero si vamos en busca de algo que nos llene, desde luego, este no sería el título adecuado, a mi parecer.

Lo que si ha logrado es acaparar mi atención para el siguiente libro, pues sospecho que le toca el turno a su hermana, y a Daniel, el mejor amigo del protagonista.

Mi calificación es de un 7. Pero con buen sabor de boca.

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Crítica realizada por Yluna

Mathew Davenport ha heredado el marquesado de Langston, con la condición que le puso su padre de casarse en un año para darle herederos. Pero además ha heredado “nada”, una pobreza casi absoluta, a no ser que encuentre “algo” que le ha dejado su padre escondido en el jardín de la propiedad. Como lleva ya casi un año buscando en el jardín y no ha encontrado nada decide resolver la situación encontrando a una rica heredera para que sea la nueva marquesa. Para ello decide hacer una fiesta en su casa de campo donde asisten tres herederas: Lady Emily, Lady Julianne y Lady Carolyn. Además invita a algunos conocidos para que compensen el número de damas, entre ellos está Logan Jensen y su amigo Lord surbrooke.

Sarah Moorehouse es la acompañante de su querida hermana Carolyn y está asistiendo a la fiesta campestre de Lord Davenport. Así están además sus otras dos mejores amigas, Julianne y Emily. Las cuatro han decidido formar la Sociedad Literaria de Damas de Londres, una sociedad formada solo por ellas cuatro y en la que leen libros y después los comentan. Sara sabe que está en la fiesta como acompañante de su hermana Carolyn y por tanto ningún hombre le va hacer caso, pero aun así disfruta de estar con sus amigas, de pintar o de jugar con el perro del anfitrión, al cual ve como un hombre misterioso tras encontrarlo por la noche cavando en los jardines.

Mathew está desesperado porque tras excavar por las noches en su jardín, todavía no ha encontrado nada. Además, ninguna de las herederas le atrae salvo la dama de compañía de Lady Carolyn, Sara, una mujer divertida, inteligente, con unas gafas horrorosas y unos trajes de espanto, que no tiene dinero. Sara, por su parte, piensa que su anfitrión es el hombre perfecto, un poco memo, como todos los hombres, pero perfecto, y además esa perfección se va acentuando a medida que lo va conociendo. Sabe que esconde un secreto y eso lo hace aún más misterioso.


Pues esta es la historia, otro libro más de la regencia, donde hay una fiesta campestre, donde ella es la bestia y él es la bella, donde hay un secreto que hay que descubrir y un asesino que hay que desenmascarar. El tema del asesinato no ha supuesto algo importante en la historia, ha sido más bien como un accesorio que ha metido la autora, no sé para qué, por tanto, para mí, completamente prescindible. En cuanto a la Sociedad que han creado estas jóvenes, pues me ha parecido algo sin sustancia, solo un capricho que han creado estas mujeres con mucho tiempo libre. En cuanto a la creación de hombre perfecto me ha parecido una chiquillada de mujeres de veintilargos años, un muñeco con palos, algodones, ropa que tienen que robar, etc, ¡por favor!, una gran chorrada.

Lo único que destacaría son los protagonistas, que han sido los únicos que han salvado al libro, dos seres entrañables que se van conociendo y enamorando, pero que saben que sus sentimientos no van a tener un final o lo que es lo mismo, un final feliz.
Me ha encantado cómo Mathew, un hombre muy guapo, ha ido enamorándose de una joven que no es una belleza en su conjunto, pero que es divertida, inteligente, perspicaz, buena conversadora y muy sensual. En cambio, a Sara no le quedaba más remedio que enamorarse del hombre perfecto, un hombre que no es tan memo como pensaba, sino que tiene sentimientos y recuerdos que le hacen sufrir. Algunas escenas me han dejado un buen sabor en la boca, el encuentro en el baño, las miradas durante la comida, etc. Algunos diálogos han sido divertidos y la perspicacia de Sara ha dado lugar a situaciones muy simpáticas.

En fin, un libro que es entretenido y divertido, simplemente para pasar el rato.

Nota: 3 de 5