Anna Casanovas - Sin miedo a nada

Valoración:

Crítica realizada por Lady Macbeth

Alejandro Cruz es el guitarrista del popular grupo de rock español Malditos Bastardos. Es un hombre misterioso y complicado, acostumbrado a conseguir cualquier cosa que se le antoje. Las drogas y el sexo han sido sus fieles compañeros durante años, hasta que sufre un accidente de coche y se ve obligado a someterse a un tratamiento de desintoxicación.

Alejandro acepta ingresar en una prestigiosa clínica sólo porque no quiere terminar en la cárcel, aunque está dispuesto a largarse de allí cuanto antes. Sin embargo, las instalaciones son muy confortables y los profesionales sumamente agradables… Todos excepto Miranda Porter, la nutricionista. A pesar de que ambos se detestan desde el primer momento, entre ellos va tejiéndose una intensa relación que acabará convirtiéndose en algo llamado amor.

El libro comienza cuando Alejandro Cruz, un famoso guitarrista y compositor del grupo musical MB, se estrella con su Porsche contra el escaparate de una de las tiendas más lujosas de Barcelona. El impacto es tan brutal que está a punto de morir y su brazo izquierdo queda completamente destrozado. Cuando se despierta en el hospital su hermano Miguel, le informa de que ha estado a punto de morir y que si no hace un cambio en su vida no quiere volver a saber nada más de él. Después será Lola, su agente y manager, quien le informará que debido a su estado etílico y otras sustancias cuando sufre el accidente, el fiscal pide para él pena de cárcel, y después de una dura negociación ha conseguido que si se ingresa voluntariamente en una clínica de rehabilitación durante un mes y consigue estar limpio de alcohol y drogas, y semanalmente le informan de sus progresos, no presentarán cargos contra él. A Alejandro no le hace mucha gracia, pues insiste en que no debe desintoxicarse de nada, pero como no tiene más remedio ingresa en la clínica. Allí le organizan un plan de rehabilitación y conoce a Miranda Porter, la doctora nutricionista que se encarga de sus menús. Aunque su primer encuentro no empieza con buen pie, poco a poco irán conociéndose y aflorarán entre ellos sentimientos…

Alejandro Cruz es un personaje muy complejo. De cara al público es Jandro Cruz, un tío guay, el chico malo del rock, famoso en el mundo entero, considerado uno de los mejores guitarristas del mundo y acostumbrado a tener el mundo a sus pies incluido a todas las mujeres que desea en su cama. Es por este súper ego que tiene que no puede aceptar que le dejen “encerrado” en una clínica para desintoxicarse de nada, pues aunque cada día se toma unas copas de whisky y se mete alguna raya para relajarse, cree que puede dejarlo cuando quiera. Sin embargo, aunque cada día que pasa en la clínica piensa en hacer la maleta y largarse cuanto antes, lo cierto es que siempre encuentra algún motivo para quedarse un día más hasta que se reconoce a sí mismo que necesitaba desintoxicarse pues los últimos tiempos no era él mismo y siempre estaba colocado de fiesta en fiesta, y aunque siempre está rodeado de gente se siente sólo. Alejandro Cruz es el hombre, no el famoso, sino el chico que hace unos años junto con su hermano y dos amigos más formaron una banda de rock y de la noche a la mañana consiguieron tanto éxito que Jandro se “comió” a Alejandro. Será en el tiempo que pase en la clínica y con las charlas que compartirá con Miranda cuando Alejandro, el tipo sensible, vulnerable y con sentimientos volverá a reaparecer y le hará replantearse muchas de las cosas que hasta ahora dirigían su vida.

Miranda es una mujer fuerte, que ha tenido que superar cosas muy duras en su vida pero que las ha superado, luchando y con el apoyo de sus dos hermanos pequeños. Probablemente su personaje esté muy estereotipado: chica sola que cuida de sus hermanos pequeños, ha luchado en la vida y conoce a una estrella de rock que se interesa por ella…. Sí, muy típico, pero Anna Casanovas consigue que casi no te des ni cuenta de ese detalle, simplemente forma parte del argumento. Cuando Miranda conoce a Alejandro, aunque ella es fan del grupo, se caen fatal, entre otras cosas porque Alejandro ya se encuentra con el síndrome de abstinencia y está tan irascible y furioso que la emprende con la Dra. Porter. Poco a poco ese odio mútuo se irá convirtiendo en amistad pues Alejandro siente una conexión con ella y siente la necesidad de hablar con ella, contarle sus pensamientos, su día a día en la clínica, sus avances…

La historia de amor entre los protagonistas es pausada, sin prisas se van conociendo a través de esas conversaciones furtivas por las noches o esos cruces de miradas en la clínica, todos esos momentos hacen que la historia resulte sumamente romántica y te deje con ganas de seguir leyendo para ver cuándo se darán su primer beso o avanzará un paso más su relación. Una vez se besan la relación pasará a ser más pasional y a la vez más complicada pues ya se implican los sentimientos de los dos, además de que pertenecen a mundos opuestos. Alejandro luchará por seguir siendo Alejandro y al mismo tiempo no perder ese aire canalla que proyecta al mundo como Jandro Cruz, sin embargo finalmente deberá valorar qué es lo más importante en su vida si quiere que Miranda siga a su lado. Hay momentos muy bonitos y emotivos y también ha habido momentos en los que le hubiera dado un pescozón a Alejandro.

Un detalle que me ha gustado es que la historia está contada desde los dos puntos de vista, los párrafos se van intercalando con los pensamientos de Alejandro y el siguiente la narración es en primera persona desde el punto de vista de Miranda.

Aunque la novela se centra en la historia entre Alejandro y Miranda, los personajes secundarios que los acompañan son pocos pero con una gran presencia durante toda la historia como los hermanos mellizos de Miranda, David y Diana, el fisioterapeuta y compañero de trabajo de Miranda, Pablo, y en menor presencia, el hermano de Alejandro, Miguel y los compañeros del grupo y Lola la representante. Supongo que en las próximas entregas de la serie se irán desgranando las historias de los diferentes componentes del grupo de los cuales la autora ya ha ido dejando ciertos comentarios para, por lo menos a mí, ponernos los “dientes largos”.

Resumiendo, me ha gustado muchísimo, es una historia muy romántica que te atrapa y Alejandro y Miranda son unos personajes que enamoran, desprenden amor y eso se nota en cada página que vas pasando. Diría que de todas las novelas de Anna Casanovas ésta es de las más profundas y maduras, y como siempre tiene ese toque inconfundible de ternura, sentimientos y romanticismo que sólo Anna sabe darle a sus libros.

Para mí, una novela fantástica super recomendable.

Valoración: 4,5 / 5 


Crítica realizada por Patufet

Primer libro de una nueva serie cuyos  protagonistas serán  los integrantes del grupo de rock Malditos Bastardos, y en este caso le toca el turno a Alejandro Cruz y Miranda, y hay que reconocer que la autora ha puesto el listón alto con este libro.

Alejandro Cruz es el guitarrista de una famoso grupo de rock, tiene todo lo que quiere, éxito, mujeres, dinero, pero su vida ha llegado a un punto en el que siente un gran vacío y las drogas y el sexo se han convertido en  el pilar de su existencia, hasta que una noche se estrella con el coche y su vida cambiará en un momento. Los análisis muestran una gran cantidad de alcohol y drogas en la sangre y por eso tendrá que cumplir condena o bien ingresar en una clínica de rehabilitación, y como no quiere ir a la cárcel no tiene otra opción que pasar por la clínica durante un mes. Una clínica a la que va gente de bien y hay buenos profesionales y muy agradables, pero se encuentra con la nutricionista, Miranda Porter, que será la que lleve su seguimiento y que desde un principio lo pone en su sitio.

En un primer momento Miranda se muestra agradable con él, pero al ver lo borde que puede ser Alejandro siente una inmediata animadversión , por lo que su trato será bastante frío e impersonal, pero Alejandro se encuentra solo, ni su hermano ni sus amigos han querido saber nada de él, entonces empieza a pensar que tiene que tomarse en serio su adicción y si quiere seguir tocando tiene que emplearse a fondo para su recuperación, pero necesita alguien con quien hablar y para eso encuentra a Miranda, que resulta ser su alma gemela.

Con esta historia Anna Casanovas me ha vuelto a convencer, con la anterior serie el último libro me decepcionó mucho, con Doce años y un instante me maravilló y con éste me he vuelto a enganchar a esta autora, se nota que ha madurado mucho desde que empezó hasta ahora, pero además en esta historia apuesta por un tema difícil como son las drogas.

Tanto Alejandro como Miranda  me han convencido y me han conmovido con sus historias, Alejandro un personaje atormentado que ha llegado un punto que su vida no tiene sentido, necesita apoyarse en alguien que le haga volver a ilusionarse, quien mejor que Miranda, que en un momento de su vida también pasó por una situación similar y que ahora con su personalidad y su paciencia ayudará a Alejandro a encontrarse a si mismo.

Entre los dos se va forjando una relación que va evolucionando poco a poco, sin prisa, en la que los dos han de desnudar su alma, han de acabar con los demonios que llevan encima para así poder dar paso al amor.

Como secundarios, los principales son David y Diana, hermanos de Miranda y de los que ella está al cuidado, también casi al final hace su aparición Miguel, hermano de Alejandro e integrante de la banda, así como Hector y Cristian.

La historia está contada a dos voces, en primera persona a través de Miranda y en tercera persona para el punto de vista de Alejandro. Me ha parecido una historia preciosa, muy emotiva y muy romántica, de las que no se olvidan facilmente,  y si tuviera que ponerle alguna pega diría que como es el primer libro de una serie me hubiera gustado saber un poco más de los demás integrantes de la banda y futuros protagonistas, pero quitando esto, me ha encantado.

Mi valoración Muy Buena 


Crítica realizada por Katon

Alejandro Cruz, tras sufrir un grave accidente de tráfico, debe ingresar durante un mes en una clínica de desintoxicación. Lola, su manager, llegó a un acuerdo con el fiscal, era un mes en la clínica con informes semanales del médico a cargo y comprobando que no se drogaba o la cárcel. En la clínica además iniciará la rehabilitación de su mano izquierda que quedó destrozada en el accidente. La mayor pasión de Alejandro era tocar, pero con el tiempo; la fama, el alcohol y las drogas, su nueva personalidad, Jandro, solo necesita de su nombre para tenerlo todo. Ahora, solo y enfrentándose día a día a la rehabilitación, Alejandro luchará contra ese deseo de volver a tocar y un miedo atroz a no poder volver a hacerlo.

Miranda es la nutricionista del centro. Su pasado no es tan impoluto como Alejandro cree. Gracias a sus hermanos gemelos y a su abuela ha superado una de las etapas más difíciles de su vida. Tras la marcha de sus padres ella se hizo cargo de David y Diana y tiene una vida relativamente aburrida hasta que Alejandro entra en su vida, o más bien, en su consulta.

Miranda es el médico que debe firmar los informes semanales de Alejandro. Su primer encuentro no es que empiece con buen pie, casi no se soportan y que a una super estrella del rock le den para cenar espinacas con acelgas es la gota que colma el vaso, aunque la situación no tiene desperdicio. Hasta que una noche, en el gimnasio de la clínica empiecen a conocerse de verdad. Me ha gustado cómo Anna ha escrito la relación entre Alejandro y Miranda, vemos cómo se van conociendo, confiando y poniéndose en la piel del otro. Aunque Alejandro aún tenga varios obstáculos que superar.

Para mí el personaje más complejo es Alejandro, hay momentos en que de verdad se le ve luchar contra todo lo que odiaba de su pasado, pero también sucumbe y debe volver a levantarse, y debe hacerlo por sí mismo, no por Miranda ni por nadie más, si no porque él quiere hacerlo. Hay alguna situación que no voy a contar pero que ha conseguido cabrearme y ha estado a punto de decepcionarme como personaje pero al final se ha convertido en un verdadero protagonista de novela romántica, y lo digo así para no desvelar nada del final de la novela porque merece mucho la pena su lectura.

Miranda, por el contrario es una persona más fácil de entender, siempre va de frente y dice lo que piensa, no ve a Alejandro como el famoso guitarrista del grupo que ella adora, lo ve, primero como un paciente más y luego como un amigo. Quizá Miranda me ha llamado menos la atención porque, aparte de la no relación con Johnny, me ha parecido un personaje casi perfecto, ya, sé que tiene un pasado duro, pero su presente es inmaculado, aunque sabe poner en su sitio a Alejandro más de una vez y cantarle las cuarenta.

Como pega diré que me hubiera gustado saber algo más de ese pasado de Alejandro y Miguel, de esa infancia difícil que tuvieron y de la que no sabemos nada, supongo que la autora lo desvelará en la historia de Miguel ya que él es el hermano mayor. También nos muestra unas pequeñas pinceladas del resto de miembros de la banda y de Lola, la manager del grupo. Qué ganas de leer la historia de algún otro miembro de la banda.

Me ha sorprendido mucho esta novela, creo que Anna está evolucionando como escritora y cada vez me gusta más. Que fuera alternando la narración en primera persona cuando se refería a Miranda y la tercera cuando le tocaba el turno a Alejandro me ha parecido un acierto. Ahora solo toca esperar hasta la próxima novela de los Malditos bastardos.

Mi valoración es: Muy Buena


Crítica realizada por Crishi

 

 

Un libro que he leído en un santiamén. Me ha resultado una historia bastante atractiva, dura pero atractiva. A pesar de abordar un tema tan delicado y presente en la vida real, está narrada con tanta fluidez y unas expresiones tan frescas y asequibles que se me ha hecho más cercana aún, pero, quizá, he echado en falta una mayor profundidad porque el tema lo merece. En este punto he percibido que las situaciones en las que se encuentran los protagonistas se han ido solucionando con demasiada ligereza o es que las he visto faltas de desarrollo. Bueno, tampoco espero leer un tratado sobre desintoxicaciones en una novela romántica. Los protagonistas son de esos que gustan de resolver sus problemas de manera drástica, pero a los que la vida les ofrece una segunda oportunidad para enmendar sus errores, y lo aprovechan a duras penas. La verdad es que la relación entre Alejandro y Miranda me ha parecido muy bonita; romántica; tierna y sensual.

 

En su conjunto, aunque creo que la historia carece de la necesaria intensidad, me ha gustado bastante por ser certera y atraparme desde la primera página. Lo valoro con un bueno alto.

 

Ah! Olvidaba comentar que la letra de la canción me ha llegado al alma, creo que en ella está la clave de lo que buscan estos dos seres. Pero también me gustaría añadir como anécdota, que leer este libro me ha supuesto tener presente en mi mente durante su lectura a uno de mis hijos cuyo nombre no solo coincide con el del protagonista sino que también su diminutivo es el mismo.

 

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