Cheryl St. John - La niña de sus ojos

Crítica realizada por Soraya

La experiencia le había enseñado a buscar defectos hasta en un hombre tan perfecto como aquél...

Después de superar tantas tragedias, Meredith Malone tenía algo que celebrar: el haber traído al mundo a una preciosa niña. Por fin había cumplido su sueño de ser madre, aunque la pequeña Anna fuera de una raza diferente a la suya.

Escapando del torbellino que había provocado el evidente error de la clínica con el donante de esperma, Meredith acabó en los brazos de Justin Weber. El atractivo abogado llenaba sus días... y sus noches con una pasión que jamás había vivido. Pero, ¿por qué tenía la sensación de que, detrás de su naturaleza reservada, ocultaba algún secreto?

Cuando Meredith Malone decide pasar por una clínica de inseminación artificial nunca pensó que pudiese haber un error y que su tan esperado bebé fuese de una raza totalmente diferente a la suya. Ha dado a luz a un bebé negrito perfecto para sus ojos de madre, aunque no tanto para los del resto de la sociedad.

Cheryl St John me ha vuelto a sorprender, esta vez tratando el tema del racismo dentro de la misma familia. Meredith adora a su hija, es suya porque la ha tenido 9 meses dentro y porque desde el momento en que vino al mundo y la sostuvo en sus brazos sintió esa conexión que sólo existe entre una madre y un hijo. Ahora su propia madre quiere que de a la niña en adopción y finja que nunca ha existido, pero su corazón sabe que nunca podría hacer eso. Llena de agobios decide tomarse esas mini vacaciones que la clínica le ha ofrecido gratuitamente para que se relaje (con el fin que se encariñe con la pequeña y decida no demandarlos).

Desde el principio Meredith deja claro que a pesar de no saber si el óvulo que utilizaron era el suyo propio o pudo haber un error al igual que con el donante de esperma, la niña es suya, sin importar cuáles sean sus genes. Pero esto tiene que aclararlo con su propia madre que no parece querer entender que el bebé no tiene culpa de nada, que un bebé no entiende de razas ni de colores, solo de necesidades, amor y protección. Esta parte me ha parecido realmente fuerte, cómo una abuela puede pensar así... Pero además es que la autora hace uso de personajes extras que miran con cara rara a Meredith por tener un bebé de color, lo cuál me es totalmente incomprensible. ¿No saben de adopciones? ¿O es que nunca han visto una familia formada por personas de distinta raza? Pues la pobre Meredith se encuentra con personas de este tipo que la hacen dudar sobre si sabrá ser una buena madre para su hija o no.

Hasta aquí la cosa me parece bastante descabellada, es verdad que puede haber un error dentro de una clínica de inseminación, tiene un pase que la madre de la protagonista sea racista y no soporte ni mirar a su propia nieta, ahora el tema de la gente haciendo comentarios porque ella tenga un hijo de color, sinceramente me pareció demasiado. Pero bueno es una novela y es cortita, así que tenía que darle algo de chicha para que la cosa se animara.

Estando en la isla, Meredith conoce a un hombre de raza negra que está pasando allí unas vacaciones junto a sus hijos. Es viudo y por medio de los niños ambos simpatizan desde el principio. Él es atento, cariñoso, divertido, un buen padre, qué más se puede pedir en hombre, y encima están muy bien juntos y realmente parecen una familia de verdad con el bebé. Pero no todo puede ser un camino de rosas, así que las cosas se tuercen por malentendidos que no puedo contar porque desvelaría la novela entera.

La novela aunque cortita, me ha gustado. Es verdad que se lee en un suspiro, pero te deja contenta de haberla leído y encima, al menos para mí, es una novedad el tema de relación amorosa entre un afroamericano y una americana. Como harlequín le doy un 4 sobre 5. No puedo darle más porque tiene muy poca profundidad, y pienso que la historia daba para un desarrollo mayor. Aún así yo la recomiendo, no todos los harlequines gustan igual, y este cuanto menos tiene una historia bonita.