Crítica realizada por Lilian
CONTIENE SPOILERS
Ellos solos se metieron en aquel embrollo...
Lord Kenton aceptó encantado la propuesta que la encantadora Cynthia Banester le había ofrecido, y que consistía en salir al cenador iluminado por la luz de la luna. Pero una vez allí, lo retuvo a punta de pistola para obligarlo a casarse con ella. Cosa que por su parte él estaba intentando conseguir por cualquier medio. Pero el único movimiento que tuvo que hacer para conseguirla fue acariciar sensualmente el escote de su vestido. Ella necesitaba un título, y él una fortuna. Pero había dos problemas: ¡él no era el verdadero lord Kenton y ella no era rica!
Lord Kenton y la señorita Cynthia Banester, fueron sorprendidos en actitud cariñosa a la luz de la luna. La consecuencia lógica fue una abrupta pedida de mano y una boda a toda prisa. Thea necesitaba un marido que pagara las deudas de su padre y Jack, tenía que cumplir el papel que le había encomendado el conde de Spayne. Con unos comienzos tan trabajosos, no parecía que el matrimonio llegase a ninguna parte. Sobre todo porque desde la misma noche de bodas, las cartas se pusieron boca arriba. Y aunque ambos eran conscientes de que todo era una farsa, formaban una buena pareja. Jack parecía no ver más allá que unos generosos pechos y unas graciosas pecas y Cynthia, tampoco le hacía ascos. La acción discurre en esta dirección, hasta que, empiezan a llegar las sorpresas...
El argumento recuerda a un vodevil y ciertamente tiene ritmo. Jack y Thea forman una pareja muy peculiar: Se encuentran en un baile, Jack acaba comprometido -encañonado- al más típico estilo del cazador cazado y ambos acaban emprendiendo una huida hacia delante pasando hasta por una casa de empeño. Tanto movimiento para contar tan pocas cosas, no ha ayudado a que me meta en la novela. Aunque también tengo que reconocer que la autora me ha hecho sonreír, alguna que otra vez, con la fijación de lord Kenton por los pechos de su mujer. Casi he visualizado los pensamientos del vizconde: ummmm es pobre, pero ¡qué pechos! Por tanto, aplaudo la contención de Jack porque le da emoción al romance pero cuando deja de contenerse, lo celebras doblemente.
Desde mi punto de vista, la novela tiene más errores que aciertos y aunque sé que, por definición, un harlequin debe ser breve y certero me ha sabido mal que cuando se ponen las cosas interesantes, ¡hala, un hachazo! y cambio de tercio. Tampoco ha venido a cuento, el guiño que ha hecho Christine Merrill a lord Byron.
Al final pasas el rato y por eso mi puntuación es un 2/5
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