Claire Delacroix - La mujer que llegó de la Nieve

Crítica realizada por Mencía

Libro 3 de la Serie Joyas de Kinfairlie

Lady Eleanor ha aprendido a ser deseada sólo por su fortuna y, cuando acepta el matrimonio con Alexander de Kinfairlie, lo único que espera es vivir segura. Pero su marido la colma de atenciones y vuelve a despertar en ella la pasión, sin preocuparse por su riqueza... Una riqueza que los enemigos de Eleanor desean a cualquier precio...

Siempre me ha gustado la novela romántica medieval. Pertenecientes a ese subgénero fueron las primeras historias que me atraparon, y a día de hoy, siguen constituyendo un poderoso reclamo para mí. Ahora, tras la lectura de esta hermosa historia, no entiendo por qué razón su autora me producía cierto rechazo. Seguramente no estuve acertada en la elección de la primera  novela que en su día escogí, sin embargo, La mujer que llegó de la nieve ha sido sorprendentemente evocadora y me ha hecho gozar de unas horas de sana evasión y disfrute, con lo que estoy deseando volver a tener la oportunidad de acometer la lectura de otra de sus obras.

Normalmente estas novelas nos presentan unos hombres acostumbrados a la crudeza, y no es que a Alexander le falte garra, virilidad o decisión, pero más que estas cualidades, ha sido su caballerosidad  lo que me ha cautivado. Tras la muerte de sus padres Alexander se ha convertido en el amo y señor de Kinfairlie, dejando atrás su carácter alegre y su velada ternura. En vísperas de Navidad tiene que reconocer que sus finanzas están bajo mínimos, ha casado a dos hermanas y aun le quedan tres más por desposar. Ahora,  las mayores están felices con sus respectivos esposos, sin embargo, las más jóvenes, temen que tengan que enfrentarse como ellas a un matrimonio obligado. Es por ello que cuando conocen a una joven y hermosa dama, piensan que enredar a su hermano en un matrimonio sin su consentimiento quizá esta sea  la mejor forma para que se dé cuenta de las consecuencias  que pueden llegar a tener sus actos.

Eleanor, doblemente viuda, huye de la casa de su último esposo. Agotada, busca refugio en una iglesia y es allí donde conoce a unas jóvenes que la convencen para acudir las festividades navideñas que se van a celebrar en el torreón de su familia.  Aun sin conocer su pasado, las jóvenes son conscientes de lo precaria y peligrosa que es su situación, y es por ello que la tientan con la posibilidad de buscar un nuevo marido que la proteja ¿y quién mejor que su hermano?

Eleonor no tiene nada que perder y decide acompañarlas, no buscando ese matrimonio, si no la forma de recuperar las fuerzas antes de seguir huyendo.

Cuando Alexander repara en Eleanor es tan consciente de su belleza como del velo de tristeza que empaña su mirada. Por unas horas intenta volver a sentirse ese hombre alegre y sin preocupaciones y acomete con fervor la dura tarea de arrancarle una sonrisa a tan solitaria y abatida dama. Por un momento está a punto de perderla, pero termina convenciéndola para que regrese y le permita intentar conseguir su gesta.

Tras la confabulación de las hermanas y la aceptación de Eleanor ambos acaban casándose al día siguiente, momentos antes de que los perseguidores de Eleanor se personen en la capilla y se descubra parte del pasado del que huía la joven. Y hasta aquí puedo descubrir…

La mujer que llegó de la nieve es una bella historia de amor medieval y en ella podemos encontrar un hombre fuerte que puede llegar a ser infinitamente tierno.

 Alexander es un líder cargado de responsabilidades y al mismo tiempo un ser humano que ansía el amor de su esposa. Reiteradamente sufre el desengaño de la falta de sinceridad de la joven, y aunque la duda se cierne sobre él, una y otra vez busca la forma de conseguir su confianza, y con ella, la franqueza necesaria para construir un matrimonio solido. Es un héroe romántico con muchas virtudes y pocos defectos, gran parte del encanto de esta novela se debe a él. 

Pero además contamos con una protagonista cargada de secretos, una de esas mujeres que, pese a su inclemente  pasado, sabe sobreponerse y velar por los que ama ¡Qué triste la historia de su vida y qué hermoso el futuro que le aguarda!

Con una ambientación tan cuidada como los diálogos que nos transportan a aquel tiempo, La mujer que llegó de la nieve es tan sencilla y hermosa como su título. Una de esas novelas que ambicionamos encontrar para disfrutar una vez más de la evasión y los sueños que nos proporciona la literatura romántica.