Crítica realizada por Azalea.
Primer libro de la trilogía de los Buscadores de Rosas que nos relata la historia de Kate la mediana de una familia aristocrática venida a menos y Kit un huérfano educado en una abadía con una misión muy determinada.
Tras la inesperada muerte de sus padres, Kate Nash Blackburn decide tomar las riendas de su nueva vida caracterizada por las ausencias y la pobreza. No puede evitar sentirse responsable de sus hermanas, que viven una realidad que no merecen, la vida no se ha portado bien con ellas, y menos con Kate que se quedó viudas tras dos años de breve matrimonio. Dado lo desesperado de su situación y viendo la oportunidad de mejorarla en cierta medida gracias a la posible ayuda del Marqués de Parnell -un hombre lejanamente emparentado- Kate decide ponerse en marcha y atravesar los temidos senderos y páramos de las Highlands.
Kit MacNeill es un hombre sin raíces, con apenas diez años fue trasladado a una abadía donde pasó toda su juventud en compañía de cuatro chicos a los que consideró hermanos. Todos ellos desprendían energía y rebeldía por lo que se les encargó del jardín de rosas, un lugar que alberga tantas especies de rosas como existen, un lugar que les permitió unirse como hermanos, un lugar donde además fueron entrenados al servicio de la religión católica.
Poco le queda a Kit además de su valor, honor y palabra por ello tras la muerte del capitan Nash (padre de Kate) se ofrece por salvaguardar la integridad de su familia, sean cuales sean los motivos por los que se pide su ayuda…tan sólo han de mandar una rosa y él se pondrá en contacto con ellos…
Pasan unos años hasta que ambos se ven de nuevo, y es precisamente en el peligroso viaje en el que se embarca Kate en el que Kit hace su aparición, velará por su seguridad en todo momento, acatando órdenes y manteniendo las distancias lo máximo posible… porque ya dejó mella en el corazón de Kit con aquel extraño primer encuentro y sabe que ahora ese impacto será mayor y puede destrozarlo…
Juntos comienzan un viaje plagado de obstáculos, el frío y la sospecha de que alguien quiere hacerles daño les persigue de cerca, ¿serán capaces de llegar a su destino? ¿será capaz Kate de no sucumbir antes los ocultos encantos de aquél gigante escocés?
Es cierto que cuando compré este libro lo hice en función de Amarte es mi destino, su anterior libro, que me encantó, porque es un libro ágil y fluido que combina a la perfección la aventura con el romance y todo ello en un contexto tan exótico como Egipto… Si bien este libro es radicalmente opuesto, en mi opinión, es un libro que muestra una historia tierna y pausada, una historia de lealtades y traiciones, que no vayan más allá del plano nominal en muchos casos.. Una historia donde los protagonistas absolutos son Kate y Kit y donde a pesar de que sí suceden hechos secundarios, éstos se palidecen en relación a la historia principal…
Los personajes principales están muy bien delineados, Connie Brockway nos presenta a dos supervivientes, cuyas vidas han estado marcadas por la traición en uno u otro sentido… Kate se encuentra en una situación desamparada y todo se debe a los actos heroicos de su marido y su padre, ambos soldados que antepusieron la causa patriótica a la familiar, dejándolas en la situación que quedaron… y Kit librando una batalla interior que le obliga a buscar desesperadamente al hombre que los traicionó, porque sabe que es uno de ellos, uno de sus hermanos que por salvar su cuello quiso matar al resto.
Es cierto que en cierto modo y desde mi punto de vista la autora abusa un poco de la descripción, siendo bastante minuciosa en todas las escenas y llegando a ofrecernos un compendio acerca de la diversidad de rosas y por ello se ralentiza la narración, se echan de menos más diálogos entre los protagonistas sobre todo en la primera parte del libro. No obstante entiendo que debe ser así ya que Kit se presenta como un hombre rudo y taciturno que viven más en su mundo interior que en la realidad y dada que Kate a pesar de su economía en toda una dama inalcanzable para él, es mejor no acercarse demasiado. Cabe destacar que de forma oportuna, se introducen pequeños flashback que nos permiten conocer más al pequeño Kit, cómo llegó a la abadía, como se forjó su amistad, cómo fueron entrenados y con qué propósitos.
Atracción nos presenta una historia de amor en un marco plagado de intrigas políticas y religiosas, donde la traición y la necesidad sirven de hilo conductor para unir a dos personas que se necesitan desesperadamente. En un libro muy dulce que nos muestra como la presencia de la persona amada aporta la paz interior tan anhelada. Personalmente me ha gustado mucho, pero pese a lo que pueda parecer no es un libro de aventuras en sí mismo, ni muy ágil en la primera parte, es como una onza de chocolate que es mejor degustarla poco a poco y con paciencia.
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