Courtney Milan - La guerra de la duquesa

Crítica realizada por Bona Caballero

Serie Sinister Brothers (Hermanos Sinister) Libro 1º

RESUMEN DE LA TRAMA

La señorita Minerva Lane es una tranquila y gafosa wallflower, es decir, jovencita que no baila y se queda apartada discretamente en las reuniones sociales. Y ella quiere que esto siga siendo así. Después de todo, la última vez que fue el centro de atención, las cosas acabaron muy mal, tan mal que incluso cambió su nombre por el de Wilhelmina Pursling. Sólo así podía intentar escapar de su escandaloso pasado. Las wallflowers puede que no sean las muchachas más bellas, pero al menos a ella no las pisotean. Así que cuando un guapo duque llega a la ciudad, la última cosa que ella desea es llamar su atención.

Pero eso es precisamente lo que consigue.

Porque Robert Blaisdell, el duque de Clermont, no se deja engañar. Cuando Minnie empieza a darse cuenta de lo que él está tramando, Robert descubre que ella es más que sus gafas y sus maneras tranquilas. Y está decidido a enterarse de todos sus secretos antes de que ella pueda conocer los de él. Pero esta vez, una señorita tímida puede estar muy bien a su altura.

The Duchess War es el primer libro largo (97.000 palabras) en la serie Hermanos Sinister. Está precedida por The Governess Affair, un relato corto que es una precuela, y seguida por otro relato corto, A Kiss for Midwinter, aunque cada historia puede leerse independiente.

Crítica de la novela corta "The Duchess War"

Courtney Milan autopublicó "The Duchess War" ("La guerra de la duquesa") en diciembre de 2012. Ha ganado el premio Romantic Times 2012 al mejor romance histórico en la categoría "Indie Press/Self-Published", es decir, de autopublicación.

Se ambienta en el Londres de 1863, en plena época victoriana. La historia comienza cuando Robert Blaisdell, el duque de Clermont, está fumando tras el cortinaje de una biblioteca. Se escapa de aquellos obsequiosos invitados a una fiesta que sólo quieren tratarlo porque es un duque. Allí también va a parar Minnie, una joven que quiere alejarse de su impresentable casi-prometido.
Este patán llega persiguiéndola. No la encuentra, pero habla de ella de manera bastante ofensiva. Será una esposa complaciente que guardará silencio ante sus aventuras.

Y es que, ciertamente, Minnie tiene pocas posibilidades. Sólo el matrimonio podrá darle estabilidad y seguridad económica. Su atormentado pasado ha dejado cicatrices, y no sólo físicas.

Robert es un héroe muy especial. Ha tenido también malas experiencias personales, pero no se regodea en un cinismo hostil hacia el mundo, como tantos héroes torturados. No, él se guarda sus frustraciones y prefiere dedicarse a mejorar la vida de los demás. Cuando aparecen panfletos incitando a los obreros a unirse, las sospechas del oficial de la milicia recaen sobre Minnie. Lo cual sería trágico para sus expectativas matrimoniales. Porque podrían descubrirse sus secretos. Rápidamente comprende lo que para el resto es impensable: el duque no está sólo de visita. Decide chantajearlo: los panfletos deben cesar, o ella lo pondrá en evidencia. Robert contraataca: se ofrece a elevar el valor de Minnie en el mercado matrimonial.

Se dejan ver juntos, coinciden en eventos, dialogan con ingenio. Poco a poco queda claro que Minnie sabe ver a Robert, la persona, y no el duque; pero también él es el único que comprende la brillantez y el atractivo real de Minnie. Y es indudable la tensión sexual. La unión entre ellos, sin embargo, resulta impensable. Minnie y Robert comparten besos, alianzas y traiciones.

Frente al dramatismo de los protagonistas, los irresistibles secundarios proporcionan el toque de humor. Especialmente hilarante es una escena en un tren, cuando Robert implora a sus amigos que, por favor, no hablen ni lo avergüencen delante de Minnie. Por supuesto, acaban abriendo la boca y comportándose justo de manera opuesta a lo que Robert quiere. Son tan maravillosos que te dejan con ganas de leer sus historias, especialmente el parlanchín Sebastian Malheur, un inteligente darwinista perseguido por la sociedad de la época, una especie de Sheldon Cooper sorprendido de que haya todo un mundo de perfectos ignorantes que no reconozcan su superioridad intelectual.

El grado de sensualidad es alto. Pero también aquí la autora toma un camino poco frecuentado en las novelas románticas. Las heroínas suelen ser tan virginales que no es que no tengan experiencia sexual, es que ni siquiera han tenido un pensamiento lujurioso en la vida. Y ellos suelen ser granujas muy experimentados pero sanos, a pesar de vivir en épocas de amplia difusión de las enfermedades de transmisión sexual y sin medios fiables de protección. Cuando la muchacha inexperta cae en los brazos del cínico libertino, de repente todo sale perfecto y maravilloso. Pues Courtney Milan baja de esas cumbres fantasiosas a una narración algo más realista. A veces, si uno no tiene experiencia de sexo en pareja, las cosas no salen perfectas a la primera.

Es un aspecto más del realismo que caracteriza la recreación histórica que logra C. Milan. No se ocultan los aspectos desagradables, las desigualdades de clases, la condición obrera o las limitadas posibilidades de las mujeres.

No es una de esas novelas intrigantes que te atrapa y no puedes dejar de leer hasta el final. Se puede coger y dejar con tranquilidad, leyendo poco a poco la historia. También es posible que, entre el sexo explícito y la crítica a los privilegios de la nobleza y la explotación de los obreros, no entusiasme a lectores más bien conservadores.

En resumen, como es habitual en Courtney Milan, estamos ante una novela de personajes, más que de trama. Pero son tiernos, conmovedores e inolvidables. Te lleva al borde de las lágrimas, y acabas la última página suspirando de satisfacción. Robert y Minnie siguen contigo tiempo después y deseando que la historia continúe con otros Sinister.

Valoración: 8/10, muy buena.

Crítica realizada por Anasy

OPINIÓN :

Minerva Lane hace años que se hace llamar Whilemina, hace años que su aspecto es muy anodino y su personalidad es igual de anodino y soso que su apariencia, hace años que necesita de este disfraz para sentirse segura y pasar desapercibida.

Minnie lleva viviendo con sus ancianas tías-abuelas desde que tiene doce años y su mundo quedó patas arriba y a la deriva, donde casi pierde la vista y le dejó cicatrices que le recordarán siempre lo que pasó, en caso de que las pesadillas o la ansiedad que padece con las multitudes no lo haga. Cuando se va a vivir con sus ancianas y empobrecidas tías procura pasar siempre desapercibida hasta el punto de ocultar su verdadera personalidad, su ágil mente y sus ideas. Pero unas octavillas que llaman a la revolución de los obreros oprimidos ponen a Minnie en el ojo del huracán del comisario que sabe de sus ideas de mejorar la situación de los trabajadores de las fábricas y que no está dispuesto a que nadie los anime a sublevarse. Minnie cree que su pasado puede salir a la luz si no descubre al verdadero autor de las octavillas y no puede permitirse que eso suceda aunque esté de acuerdo con el autor, pero al mismo tiempo conoce al duque de Clermont que la hace sentir todo tipo de sentimientos y con el que se muestra tal y como es.

Robert , duque de Clermont, llega a la localidad acompañado de su buen amigo y medio hermano Oliver para reparar algunas de las terribles cosas que su padre cometió en vida. Tanto Oliver como su primo Sebastian son la únicas personas que han estado siempre a su lado ya que sus padres nunca le demostraron amor o cariño. Cuando conoce a Minnie ve en ella más allá de su apariencia, sus modales sosos y sin gracia, ve la chispa que esconde con tanto empeño y empieza a buscarla y a desear saber más de ella.

Ambos tendrán que enfrentar su pasado y los baches que la sociedad o la vida les han ido poniendo, los dos sienten algo el uno por el otro, pero la diferencia de clase y los secretos que ambos ocultan serán un difícil bache a salvar.

El libro es entretenido, no es de los mejores que leí de la autora, pero está bien, entretiene, y deja con ganas demás porque tiene personajes muy interesantes que prometen buenas historias.

Bueno.