Eva Ibbotson - El destino de una condesa

Crítica realizada por Mipeti

Después de la Revolución comunista, la joven condesa Anna Grazinsky escapa de Rusia con su familia para refugiarse en Londres. Acostumbrados a las comodidades y el lujo de su vida privilegiada, deben amoldarse a no tener nada, y Anna se ve obligada a aceptar el puesto de criada en una mansión de la campiña inglesa. Anna se esfuerza en ser la criada perfecta y enseguida se gana el respeto de todos sus compañeros. No pretende destacar, pero su comportamiento y belleza llaman la atención de todos, incluso del heredero, que acaba de llegar de la guerra.


Anna Grazinsky, hija de la aristocracia rusa, condesa por nacimiento y criada entre algodones, se convierte sin embargo en una muchacha dulce, sincera, muy inocente y de buen corazón. Se ve obligada a abandonar su pais tras la revolución bolchevique, y se refugia en Inglaterra en busca de una vida mejor. Sin embargo, la pobreza en la que cae la familia la obliga a trabajar, para poder mantener a su madre y hermano pequeño. Decide entonces comenzar con un empleo de sirvienta. No teme al trabajo, al cansancio ni a las calamidades, y pone empeño en todo aquello que hace. Así, y gracias a su dulce temperamento, su buen corazón, y sobre todo, su humildad, se gana el cariño del resto de los habitantes de la casa donde trabaja.

Rupert, conde de Mersham, es un hombre noble, dulce y amante de la música, que tras luchar en la guerra  y estar a punto de morir, se promete en matrimonio de la que fue su enfermera en el hospital. Siendo el menor de dos hermanos, se ve obligado a tomar posesión del título de conde tras la muerte prematura de su hermano mayor. Queda encandilado desde el principio por el caracter noble y espontáneo de Anna, y sospecha además, que no es una simple sirvienta, pues sus modales y su comportamiento lo contradicen.

Muriel Hardwicke, la tercera en discordia, se convierte de la noche a la mañana en la futura condesa de Mersham. Hija de comerciante, posee una cuantiosa fortuna, que además servirá para poder sufragar las facturas que las propiedades de Rupert han acumulado a lo largo del tiempo. Quien la conoce, la define como dulce y servicial, pero su caracter, muy lejos de lo que creían, se va conociendo a lo largo de la trama.


Este libro es un compendio de historias, malentendidos, encuentros tiernos, y también como no, situaciones muy emotivas. La trama se complica mucho, hasta que finalmente, el desenlace deja un dulce sabor de boca. Los protagonistas se van conociendo poco a poco, descubriendo que se gustan,  que tienen mucho en común, gustos muy parecidos y sentimientos afines, hasta que finalmente se enamoran. Es una historia que definiría como tierna, no tan pasional. Quien va buscando escenas de pasión, no las encontrará, pero sinceramente, no se echan de menos.

Los personajes secundarios también juegan un gran papel, se suceden situaciones divertidas y algunas algo tristes, que enriquecen enormemente la historia. Algo también que me ha gustado mucho, es la influencia de la cultura rusa, y cómo se refleja en la historia además, la situación que vivieron los rusos al tener que emigrar de su país.

Es buen libro, me ha sorprendido y me ha dejado buen sabor de boca. Es de esos que acabas con un suspiro, por la ternura que desprende y, por la gran calidad literaria de la autora.

La única pega, es que está descatalogado, y es muy difícil de encontrar; para aquel que pueda leerlo, le aconsejaría que no dejara pasar la oportinidad, pues no se arrepentirá.

Puntuación: 4,5