Crítica realizada por Teresa
Todo vale en el amor y en la Guerra...
La pelirroja Barbara Childe conquistó Bruselas. La ciudad era un hervidero de intrigas; Napoleón amenazaba Europa, pero sólo se hablaba sobre esta deslumbrante joven viuda. Todo baile, cena y concierto en la febril primavera de 1815 parecía reportarle una nueva conquista.
Amenazada por la creciente oleada de escándalo, permitió a uno de sus adoradores, el apuesto coronel Audley, reclamarla como su novia. Pero cuando los nubarrones de guerra se acumulan, Audley la rechaza, haciendo de pronto gala de una misteriosa indiferencia. Sorprendida y desconcertada, Barbara se preguntaba cuál era el secreto que debía descifrar, cuál la nueva seducción que habría de concebir, para recuperar al único hombre que, como había comprendido con pesar, se había ganado verdaderamente su corazón.
Para la ambientación de esta novela la autora ha elegido la ciudad de Bruselas poco antes de la batalla de Waterloo. Ya de por sí, la época no deja indiferente porque muchas historias centradas en este período han resultado estupendas.
La escritora ha recreado la historia en las idas y venidas de una sociedad que sabía que la guerra era inminente pero que quería aprovechar los últimos momentos de paz en bailes y fiestas. Un modo como otro cualquiera de no hacer frente a lo que se avecinaba, esperando la llegada de Wellington.
Quiero hablar primero del protagonista masculino, Charles Audley, atractivo y caballero, coronel de prestigio perteneciente al Estado Mayor de Wellington. Valiente como buen héroe de romántica, de unos treinta años, sin intenciones de atarse a nadie pero que, por las circunstancias, acude a una de las fiestas donde lady Bárbara disfruta con el galanteo de sus admiradores.
Barbara es muy distinta a Charles. Como viuda, puede disponer de su cuerpo y su alma, en esa época las únicas mujeres que tenían cierta clase de privilegios eran casualmente las viudas, al haber conseguido ya esposo y no tener que plegarse a buscar un marido. Bárbara es un tanto indecente, no en sus actos, sino en sus pensamientos, y le importa muy poco lo que el resto del mundo opine de ella. Sabe que es hermosa, que los hombres la desean y ella lo único que busca es entretenerse y flirtear con ellos, pero sin comprometerse de nuevo.
No me ha gustado demasiado el hecho de que Charles, apenas conocerla, la declare su amor y trate por todos los medios de ganarse su corazón. Pero claro, tanta solicitud me hizo pensar en que había algo oscuro tras ese cortejo, como realmente sucede después. Bárbara acaba por aceptarle, dándose cuenta de que realmente es el hombre de su vida. Lo que más hace que le desee es que él no le pone ningún impedimento a que siga divirtiéndose. Eso la lleva a ser imprudente y el escándalo salta a la sociedad salpicando incluso a la familia de Charles. Como buen militar, toma cartas en el asunto y se aparta de ella.
El romance entre los protagonistas está muy bien, engancha. Sobre todo ese tira y afloja cuando se monta el escándalo.
Los secundarios, estupendos, capaces de captar la atención tanto como los principales.
Particularmente, destaco el modo en que la autora nos describe todo lo referente al ejército, a las tropas, a la preparación de las batallas que tuvieron lugar en esa época. Es posible que a alguna lectora le aburra tanta descripción, pero yo creo que es imprescindible para el argumento, para situarnos en el lugar exacto y saber en qué plano se mueven los personajes de la historia. De otro modo, resultaría simplemente la típica novelita en la que niña-mona-viuda se encandila de militar-caballero-macizo. Y de eso ya hemos leído demasiado y está muy trillado.
Una novela de lectura agradable y muy bien documentada, que desde mi punto de vista no defrauda.