Lara Adrian - El despertar de la medianoche

Crítica realizada por Linnea

Elise Chase recorre las calles de Boston con una daga en la mano y ansia de venganza en la mente, en busca de los secuaces que le arrebataron todo lo que tenía. Hasta ahora ha utilizado su extraordinario don psicológico, pero sabe que está acabando con ella y debe aprender a controlarlo. Sólo tiene una salida: encontrar a Tegan, el líder de los vampiros, y pedirle ayuda. Por su parte, Tegan no es ajeno al dolor de Elise. Conoce la ira que provoca la pérdida, aunque su autocontrol le permite enfrentarse a sus enemigos con absoluta frialdad. Entre ambos surgirá una extraña alianza que, más allá de ser un mero pacto de interés, se convertirá en una tempestad de deseo y oscuras pasiones del corazón.


De esta autora he leído algunas novelas y tengo que decir que me gusta. Me gusta su modo de presentarnos a los personajes, porque aún siendo seres de un submundo, muestran una ternura increíble. Seres condenados a asomarse a la vida como desalmados, sanguinarios y asesinos, pero que consiguen enternecer.

Yo diría que es de las pocas autoras, junto con Kenyon, que consigue meter al lector en un mundo extraño y salir de él con la satisfacción de haber leído una buena novela. Y no me parece fácil escribir sobre el tema.

La historia, como las demás de esta autora tiene intriga, suspense, el lector queda atrapado en el argumento y quiere descubrir qué pasa, el porqué de lo que sucede, ansiando que el final se resuelva de una vez y al mismo tiempo temiendo que la novela finalice, porque se está divirtiendo.

Tegan es un hombre completo que enamora, de fuertes convicciones, flagelado por una existencia que no desea pero de la que no puede escapar. Es un guerrero y debe comportarse como tal. Ha cometido muchos pecados y él mismo se condena.

Aquí, claro, vuelven a salir las compañeras de sangre, las que pertenecen a la Raza y, una vez que se unen a un guerrero, lo hacen para toda la vida. Pero Tegan ha perdido a la suya, por la que vivía y de la que estaba enamorado. Para él es el peor castigo y le importa muy poco seguir viviendo o morir.

Tegan es un ser calculador, un Guerrero de la primera generación. Letal. Elise es, sin él saberlo, su alma gemela, la única mujer que puede sacarle de la destrucción en la que él mismo se ha tirado de cabeza. Una mujer especial, con un sentido extra sensorial, que llora la muerte de su hijo, que ha vivido en paz a pesar de su don –o su desgracia-, y que decide enfrentarse a los Renegados, los que luchan permanentemente contra los Guerreros. Esa lucha es la que le une, casualmente, a Tegan, porque persiguen las mismas metas.

Una novela, desde mi punto de vista,  muy recomendable. Claro que toda la saga lo es.