Lilian Stewart Carl - Sombras escarlatas

Crítica realizada por Linda

Mientras Amanda Witham afronta su nuevo trabajo en una casa colonial, unos arqueólogos descubren el esqueleto de un hombre enterrado en el jardín. Esa misma noche, el fantasma de James Grant se presenta ante ella: un atractivo y encantador espectro, con el kilt de tartán y la casaca escarlata del Regimiento Highland del Rey George.

Cuando el pasado de James finalmente se entremezcla con su propio presente, Amanda se da cuenta de que su futuro está escrito en la espada del highlander.

Sombras escarlatas es una novela donde nada se puede suponer, todo es misterio, lo que parece ser una cosa, es otra. Una novela muy entretenida con fantasmas del pasado, heroína del presente y una intriga que te hace pegarte a sus páginas.

Yo he leído unas cuantas novelas en las que un ser de otro mundo, o de otro tiempo, se entremezcla con la protagonista del presente. Recordemos, por ejemplo, El beso del highlander, para ponernos en marcha.

James Grant es eso, un highlander del regimiento especial a las órdenes del rey Jorge. Por tanto, si aparece ahora, es un fantasma, un aparecido, un espectro... ¡Pero qué espectro! Si hemos leído highlanders sexy, éste se lleva la palma, señoras.

¿Qué si este hombretón venido del Más allá se enamora de Amanda? ¡Qué pregunta! Por supuestísimo.

Sin embargo, no es solamente esto que cuento de lo que trata la novela, porque tiene situaciones que van a sorprender a la que lo lea, pasa lo que ni nos imaginamos que puede pasar.

Amada es una de esas protagonistas actuales, trabaja y lo hace bien, es directa, activa, inteligente y decidida. Su vida cambia cuando unos arqueólogos descubren un esqueleto enterrado. A partir de este punto empiezan una serie de estudios que les lleven a saber de quién se trata, a quién correspondía ese esqueleto, qué había sido en vida.

Bueno, ya imaginaréis qué es lo que pasa. A Amanda se le aparece el fantasma de ese hombre, que no fue otra cosa que un highlander, un guerrero, un hombre de honor. Ni más ni menos que el fantasma de James Grant.

Como es natural, Amanda no cree en fantasma, ella es una chica de ahora y esas tonterías no entran dentro de su código de conducta. Pero no tiene más remedio que aceptar lo inacatable. No es fruto de su demencia, el fantasma existe realmente.

James es un fantasma un tanto peculiar porque, al igual que en la película de Ghost, que casi todas habréis visto, es capaz de mover algunas cosas e incluso de atacar si es preciso. Un personaje que capta la atención de inmediato, que tiene una misión que cumplir y que no es lo que parece.

La atracción entre James y Amanda va creciendo según se van conociendo, hablando, charlando de mil cosas. Ella acaba por saber que para que encuentre la paz eterna, sus restos deben ir a su tierra, Escocia. Y decide que tiene que llevarlos allí, darle lo que desea, porque se ha enamorado, ha caído bajo en influjo de la seducción.

Pero... siempre hay un pero, cuando llega a Escocia, Amanda empieza a ver cosas raras, James no parece el mismo, empieza a darle miedo. Por si fuera poco, la versión que escucha de su vida nada tiene que ver con la que él le ha contado. La cosa se pone oscura, oscura, sobre todo cuando uno de los descendientes de James parece sentir una atracción sincera por la muchacha. ¿Celos o simplemente egoísmo?

Me ha gustado la novela, no sólo porque es diferente, paranormal y con un fantasma sexy, sino por la intriga a la que la autora nos arrastra en la última parte del libro, por el giro insospechado del argumento. Misterio, traiciones, venganzas, romance y aventura, en una novela entretenida y amena que no podéis dejar de lado.