Crítica realizada por Mariam
Dentro del mundo de la lucha, Dean Conor, más conocido como Havoc, es casi una leyenda. Sus peleas se cuentan por victorias. Es un luchador duro, implacable y letal. Su vida está centrada exclusivamente en su carrera. Tras proclamarse ganador y campeón de la competición, recibe una inesperada carta que cambiará, irremediablemente, su destino.
Su hermana Cami, a la que no ve desde hace veinte años, desea ponerse en contacto con él. Desde la muerte de sus padres, Conor fue separado de sus dos hermanas menores: Cami y Jacki. Mientras a él lo crió el tío Grover, a ellas, la tía Lorna.
Así pues el contacto y el roce entre ellos ha sido nulo.
Desde que se produjo la separación de los tres hermanos, Dean se sintió marginado, apartado y, por ello, jamás volvió la mirada atrás ni se interesó por unas hermanas que cree lo han olvidado. Sin embargo, no todo es tal como parece.
Dean se ha forjado su propio destino: es un luchador laureado, respetado y temido. No necesita nada más. O eso cree él hasta que, guiado por el irrefrenable impulso de saber qué ha sido de sus hermanas, regresa a Harmony, su ciudad natal.
Pero la indiferencia que esperaba sentir no es con lo que se encuentra, sino con dos hermanas interesadas en conocerle y establecer una relación con él. Se topa con dos hermanas ávidas de amor fraternal y deseosas de incluirlo en sus vidas.
Al margen de descubrir que cuenta con una familia que lo recibe con los brazos abiertos -al menos sus hermanas, no así su tía- Dean se encuentra con la mujer que da al traste con su disciplinada y solitaria vida: Eve Lavon, la mejor amiga de su hermana Cami.
Eve ha sido desde niña la mejor amiga de Cami. Para ella también es una sorpresa descubrir que Cami y Jacki tienen un hermano, y nada más y nada menos que Havoc. Un hombre impresionante, musculoso, enorme y muy sexy, cuya simple presencia sirve para enloquecerla y tirar por tierra los organizados planes para su vida.
Desde el primer contacto entre ambos, saltan las chispas y algo nace entre ellos. Algo a lo que ambos reniegan dar un nombre. Simplemente atracción y deseo es cuanto, tanto uno como otro, están dispuestos a reconocer sentir.
Havoc no se ha planteado ni se plantea la increíble posibilidad de establecer una relación con ninguna mujer. Menos aún con una de Harmony, ciudad de la que en una semana está dispuesto a desaparecer para no regresar. Su único objetivo era conocer a sus hermanas y una vez cumplido el trámite, nada lo une a su tierra natal.
Pero, en primer lugar, sus hermanas no resultan ser las mimadas e insoportables mujeres con que esperaba encontrarse. Cami es una joven dulce y dócil que demuestra reiteradamente lo feliz que se siente ante la idea de recuperar a su hermano perdido. Jacki, pese a su inicial recelo y ariscos modos, también está encantada con conocer a su famoso hermano. Y Dean, pese a lo que se dice, se siente profundamente emocionado por el trato recibido.
¿Cómo puede herir a Cami, tan ávida por hacerle partícipe de sus vidas? ¿Cómo desairar a Jacki, en quien se reconoce a sí mismo?
Por otro lado, conocer a Eve, también le hace replantearse muchas cosas: descubre lo vacua y solitaria que es su vida. Y le hace pensar en cómo sería compartir el día a día con esa hermosa y divertida mujer.
El regreso a Harmony sirve además para que muchos secretos salgan a la luz.
Simultáneamente al regreso de Dean, comienzan a producirse “accidentes” y escenas que hacen suponer al joven que alguien trata de acabar de él o de obligarle a abandonar Harmony.
La aparición de Gregor “El maniático” un luchador aspirante a pelear con Havoc también sirve para alterar aún más la vida de los Conor.
Mientras Havoc trata de ayudar a reparar la casa para sus hermanas, así como resolver los problemas con que éstas se encuentran y descubrir quién trata de hacerlo desaparecer, también debe luchar contra sus propios sentimientos y reconocer que, casi sin darse cuenta, se ha enamorado de Eve.
El luchador es una novela amena, divertida, repleta de diálogos ingeniosos y chispeantes y que perfila a unos protagonistas con muy buena química entre ellos. Pese a que en gran parte de la novela, cobra mayor protagonista la relación de Dean con Cami y Jacki, relegando a un segundo plano a Eve, sus escenas están siempre cargadas de sensualidad y una complicidad que fácilmente traspasa el papel.
Pese a que inicialmente la idea que se puede tener de un protagonista dedicado a la lucha, Dean resulta ser un hombre muy interesante, repleto de matices y ambigüedades que llegan fácilmente al lector.
Es un hombre centrado en su carrera, no que desea preocuparse ni amar a nadie, pero que tropieza no sólo con dos hermanas, a las que es imposible no querer, sino con una mujer que desbarata su vida.
Eve es una mujer independiente y con carácter. Pese a sus intentos por alejarse emocionalmente de Dean, no puede evitar enamorarse. Su relación de amistad con Cami y Jacki la hace un elemento habitual y estable dentro de la vida de la familia Conor. Aunque la tía Lorna jamás la ha visto con buenos ojos, su presencia ha sido siempre constante.
Foster logra muy bien a través de El luchador transmitir esa relación y esas emociones latentes de todos los personajes, incluso aquellos que, a primera vista, no son lo que parecen.
Jacki se nos presenta como una joven díscola y atolondrada, pero la aparición de Dean y las responsabilidades que éste le sugiere, nos presentan a una Jacki más madura y responsable. Cami, pese a la aparente tranquilidad de su carácter, es tenaz y tozuda, no da su brazo a torcer.
Gregor, “El maniático” es un personaje que, aunque inicialmente da la impresión de ser un hombre sin demasiada inteligencia, es leal, fuerte, divertido y una fuente inagotable de risas y despropósitos para las páginas de El luchador. Su relación con Jacki es chispeante, fresca y garantiza una buena ración de carcajadas, así como su rivalidad con Havoc.
Pese a que la trama pueda parecer algo enrevesada en algunos momentos no lo es en absoluto. El libro está plagado de diálogos y escenas narradas con mucho humor, lo que hace que la lectura sea muy amena y fluida.
Las atípicas características de Dean Conor, Havoc, lo convierten en un protagonista muy atractivo. Eve es una mujer chispeante y con carácter firme y resolutivo. El resto de protagonistas están perfectamente presentados y descritos, tanto física como emocionalmente, lo que hace muy fácil conocerlos y situarse en Harmony y sus vecinos.
En mi opinión, el punto más flojo de la trama es que en ocasiones priman más escenas entre Dean y sus hermanas que con Eve, pero al ser una amiga de la familia, su presencia es constante y, aunque con miradas y gestos, puede palparse su relación con Dean.
El resto de parejas cobran menor protagonismo, pero en conjunto da una sensación muy agradable la lectura.
El fin me parece un tanto precipitado e inesperado, pero pese a ello El luchador es una novela fresca, fluida, repleta de escenas sensuales, divertidas y, sin ser una novela con demasiadas cargas profundas, llega al lector por la picardía de su trama, por los diálogos y por los protagonistas y personajes secundarios, cuyos caracteres traspasan el papel y alcanzan al lector.
Una novela recomendable ya que garantiza un lectura amena y que deja un buen sabor de boca.
Valoración: 4 sobre 5.
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