Lynsay Sands - Love is blind

Valoración:

Crítica realizada por Mariam

Novela sin traducir

A su espalda, todos cuchichean que la señorita Clarissa Crambray es un peligro. No es infrecuente, sino todo lo contrario, que pisotee los dedos del pie del caballero que ose pedirle que baile un vals -o cualquier otra danza- ni que vuelque el té en la entrepierna de su compañero de mesa o que chamusque la peluca de un pretendiente que le recita ardorosamente poemas de amor. Pero eso no es motivo de temor para el caballero que posa los ojos en ella por primera vez, como Adrian Montfort, el conde de Mowbray.

Cuando Adrian la ve por por primera vez sólo percibe una belleza de cabellos castaños que parece hastiada de estar en ese aburrido baile. Algo que él comprende perfectamente, pues le sucede lo mismo. Adrian es un vetenero de las guerras napoleónicas y durante años ha evitado las reuniones sociales, los bailes y el estresante y agotador deporte de temporada: la caza de marido.

De hecho todas las damiselas que pululan haciendo reverencias o agitando las pestañas con coqueteria le parecen igual, insípadamente iguales. Pero la señorita Clarissa Crambray, por el contrario, le resulta una refrescante y deliciosa novedad. Poco tarda en comprender qué la hace tan diferente. Su propio primo le pone al corriente: la pobre y torpe Clarissa, a la que apodan Claridad calamidades, es tan miope como un topo y puesto que la coqueta damisela no desea lucir sus anteojos en público, provoca un desastre tras otro allá donde va. Algo que su propio primo puede atestiguar como uno de los caballeros damnificados.

Pero ni siquiera eso amedrenta a Adrian. Tras una breve conversación con la dama, Adrian queda convencido de estar ante una joven refrescante, bonita y divertida, algo que alivia la tediosa obligación de asistir a bailes y relacionarse socialmente. Pero como ha prometido a su madre que tratará de encontrar esposa, debe asistir y soportar la tortura que supone. Sabe que casarse será una empresa complicada, pues debido a la cicatriz que le cruza un lado del rostro ya no es el apuesto soldado que marchó al frente y son muchas las damas que se asustan en su presencia. Pero puesto que la señorita Clarissa no puede ver bien y parece sentirse tan cómoda a su lado...

Lo cierto es que Clarissa sí es un poco torpe, pero no sin motivo. No es la vanidad la que le impide llevar sus gafas, sino su odiosa madrastra que no solo se las ha quitado sino que las destrozó para evitar que las use. El resultado es que a los pretendientes huyen despavoridos de ella después de su primer encuentro. Todos excepto ese caballero, un borrón informe que dice llamarse Adrian Montfort, conde de Mawbray, que parece lo bastante osado como para no solo volver a pedirle un baile sino para tratar de verla a hurtadillas.

Love is blind es una disparatada y divertida novela de Lynsay Sands que para ya conocen el estilo desenfadado de la autora supone una lectura sencilla y amena. Como novela romántica histórica creo que cuenta una historia previsible que, salvando las diferencias que la hacen única, no dista demasiado de cualquier novela que se desarrolla en el Londres de principios del siglo XIX y todo lo que lo acompaña: la celebración de bailes, la reunión de damas y caballeros en los salones más distinguidos, los paseos clandestinos a la luz de la luna y, en medio de este marco, una joven debutante y un escéptico noble se enamoran.

Pero existe algo que la hace diferente: ese punto cómico y rozando el ridículo con que la autora adereza una historia de por sí conocida. En este caso un conde y antiguo héroe de guerra que ha regresado con el rostro cruzado por una cicatriz. Una desilusión en el pasado lo ha convertido en un hombre desconfiado y herido. Una joven dama que años atrás fue víctima de un escándalo, algo que dificulta sobremanera encontrar marido. Si a eso se suma su miopía y torpeza...

El resultado es que aunque Love is blind cuenta con muchos de los ingredientes que abundan en una novela romántica de la Regencia, me ha resultado una novela muy entretenida y cómica, gracias a ese punto irreverente y hasta ridículo que describen algunas situaciones. Capítulo tras capítulo se suceden las aventuras y desventuras de Clarissa, los encuentros y desencuentros entre la dama y el apuesto Conde de Mowbray. Así, la amistad y camaradería que nace entre ellos poco tarda en convertirse en la atracción que surge entre un hombre y una mujer que son conscientes el uno del otro como algo más que un compañero de baile o de charlas. Pero los defectos que en un principio parecen insignificantes ante las emociones que desbordan sus corazones pueden ser un arma de doble filo y despertar un miedo que tratan de ignorar. Eso, sin contar con la novela nos depara alguna que otra sorpresa como una mano negra que los acecha.

En definitiva, considero que Love is blind es una novela sencilla, ligera que no tiene otra pretensión que hacerte pasar un rato muy divertido, que aborda situaciones un tanto trilladas y tópicos que son frecuentes en este tipo de historias, pero abordados con un poco de humor bastante marcado. No puedo decir que la lectura haya despertado un potente caudal de emociones, pero me he divertido leyendo y hasta he podido reír en voz alta.

Ciertamente, insisto, en que es una novela del estilo desenfadado y dicharachero que Lynsay Sands nos ha presentado en los libros publicados en español.

Sencilla pero entretenida. Mi valoración es: buena.

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