Margaret Moore - Batalla de amor

“Etienne de Guerre, que había alcanzado fama por sus proezas en los torneos, se encontraba ahora bastante incómodo en la batalla del amor. Su oponente, Gabriella Frechette, era una mujer de singular belleza y gran resolución. Una mujer que había destrozado sus defensas con facilidad, poniendo cerco a su corazón…”

El barón de Guerre, ha visto todos sus esfuerzos recompensados. El rey le ha otorgado el castillo de Frechette como premio por los servicios prestados. Todos los habitantes de la fortaleza contemplan con estupor como el nuevo señor toma posesión de sus tierras.

Muerto el conde, su hija Gabriella ha quedado desamparada. Un padre demasiado generoso con sus siervos y un hermano en paradero desconocido, han condicionado su futuro. Se establece una batalla de voluntades entre Etienne de Guerre y Gabriella, que se niega a abandonar su hogar. En unos minutos su orgullo la pasa factura y la antigua lady, se convierte en criada.

A pesar de haber caído en desgracia, Gabriella Frechette afronta con dignidad su nueva condición. El barón no puede más que admirar su tesón y, casi sin darse cuenta, acaba comiendo de su mano...

Batalla de amor es una novela que no convence. Resulta poco creíble, ver la caída del todopoderoso barón a manos de la tozuda Gabriella. Tras un par de besos, Etienne no puede pensar en otra cosa que llevarse al catre a Gabriella. Teniendo en cuenta, que tiene como amante a la bellísima Josephine y que la pobre Gabriella se pasa el día trabajando como criada, no cuadra la historia. Los escasos momentos de pasión que hay entre la pareja protagonista, no son para tirar cohetes. A pesar de ello, hay noches en las que el machote del barón no puede pegar ojo fantaseando con su amada…

Los personajes secundarios son de lo más insulso. Me ha aburrido bastante, ver tanto caballero “sin oficio” pululando por el castillo y esperando unas órdenes que no llegan. También he echado en falta, más profundidad en las descripciones de los diferentes oficios de los siervos del castillo. Hablar superficialmente de que hay que cambiar la piedra del molino, sembrar o echar el guante a los cazadores furtivos no me ha llenado nada. 

En fin, poco más puedo añadir. Desde mi punto de vista, le doy a este Harlequin un regular raspado (2/5)