Meg Cabot - Cuando tropecé contigo

Crítica realizada por Yluna

Todo transcurre en New York, los protagonistas están relacionados con el periódico The New York journal.

Kate Mackencie (nuestra heroína) trabaja en recursos humanos. Su jefa es Amy Jenkins, una mujer tiránica, déspota y superpija, con un novio, Stuart Hertzog, que es tiránico, déspota y superpijo. Ida López es la encargada del carrito de los postres en la cafetería del periódico y solo le da tartas a las personas que son buena gente. Cuando se niega a darle una tarta a Stuart, el novio de la jefa de recursos humanos, es despedida. Como el despido es improcedente y ha sido llevado a cabo por Amy, pues nuestra heroína es metida en el ajo y por tanto debe ir a testificar ante abogados en el litigio contra la empresa. El abogado de la empresa es Mitchell Hertzog (nuestro héroe), que aunque defiende a la empresa contra Ida López, sus sentimientos se encuentran en el lado contrario.

Este es el momento en que se conocen nuestros protagonistas, y desde el principio se gustan: Kate es bonita, amable, ingenua, encantadora y muy sincera, y Mitch es guapo y muy muy buena gente.
Deciden salir juntos, pero siempre con el problema del despido improcedente de Ida, que es un problema que deben resolver.

Aparecen en escenas secundarios de lujo: Amy y Stuart, los malos-malísimos; Stacy Trent, la hermana de Mitch y Stuart, que adora al primero y odia al segundo, y su marido Jason Trent, ambos con los problemas cotidianos de la clase alta newyorkina ¿Por qué no va la niñera o el jardinero a por cheeros?. También aparece Dolly Vargas, la experta en modas del periódico (el hada madrina de este cuento), con su novio y su amante en el mismo apartamento; La mamá de Kate, mandándole mensajes graciosísimos, el exnovio de Kate, Dale, un vago redomando que tiene un grupo de música, etc...una gran cantidad de secundarios que hacen que esta novela chick lit sea una historia divertida, entretenida, llena de buenas intenciones y con la ciudad de New York como transfondo.

A mí particularmente, me gusta como escribe Meg Cabot, con ese toque de originalidad que le da a sus escritos ya que la narración es plasmada mediante emails, diarios, anotaciones en cartas de restaurantes, etc., que hacen que la lectura sea amena y muy especial.

Nota: 4 de 5