Nora Roberts - Lejos de todo

Crítica realizada por Irdala

Nora Roberts es una autora que siempre me deja satisfecha, me da lo mismo que sus novelas sean simples y sencillas o que tengan un argumento sólido y una trama y unos personajes estupendamente trabajados. Y es que su manera fácil y amena de contar historias me deja siempre nueva.
Para esos momentos en los que estoy en un estado de impasse , bien sea porque ninguno de los libros que leo me llena o porque me acabo de leer un novelón, siempre recurro a una novela corta de esta autora de las muchas que almaceno sin leer. El resultado siempre es fantástico.

Con este libro esperaba encontrar una historia sencilla, que me dejara relajada y preparada para leer el siguiente libro, pero que no  me sorprendiera de ninguna forma y, ¡eureka! no ha sido así. A ver, la novela es de sus primeros años, así que tampoco es la octava maravilla del mundo, pero he hallado en ella una protagonista femenina que no tiene nada que ver con ninguna de las otras que he encontrado en los casi cien libros que he leído de esta autora

En Lejos de todo, es el protagonista  masculino el duro de pelar, y si bien no adolece de las características maravillosas con las que esta autora crea a sus hombres, a la pobre Shane le cuesta lo suyo que Vance se deshaga de su pasado. Un pasado en el que lo han utilizado y engañado y que le hace desconfiar y ver un trasfondo oculto en todo cuanto le rodea.

El enamoramiento de Shane es casi instantáneo.  Ella es una chica dulce, alegre, vital, que ha aprendido de sus errores y que se enfrenta a ellos a cara descubierta. Es natural, directa y se abre completamente a Vance a pesar de que él está cerrado como una ostra y no suelta prenda sobre él. Incluso le oculta quién es hasta prácticamente el final de la novela.

La trama, como digo, es sumamente sencilla. Él es el presidente de una importante constructora y se esconde en un pequeño pueblo donde ha comprado una propiedad casi en ruinas que se dedica a reconstruir trabajando con denuedo la madera. Por este motivo, Shane deduce que es un carpintero en paro.
Ella es una maestra de historia que habiendo heredado la casa de su abuela al morir ésta, decide volver al pueblo y montar en ella un pequeño museo sobre la batalla que se vivió allí en la Guerra Civil, y una tienda de antigüedades.

Me ha resultado muy agradable su lectura, aunque ya digo que no esperéis grandes cosas de la novela. A mí me ha servido para descubrir algo nuevo de esta autora y, por supuesto, para volver a coger cualquier otro libro y empezarlo con la misma ilusión con la que comienzo todos. Así que, como siempre, mi Norita es “mano de santo”.