Critica realizada por Isahol
Dora Conroy es una anticuaria. Durante un viaje con su hermana Lea, hace una serie de compras interesantes para su tienda. Lo que no sabe es que está apunto de comenzar una aventura de intriga y de amor… Su apartamento es casi igual que su tienda..Todo un escaparate de obras de arte. Con menos o mayor valor.
Procede de una familia de actores, pero ella prefirió seguir otro camino. Pero su familia la apoya en todo lo que hace.
El Capitán Jed T. Skimmerhorn acaba de pedir una baja en su puesto de policía y no sabe aún si regresará, después de haber pasado por el duro trance de ver morir a su hermana. Aunque no tenía mucha relación con ella, siempre es duro ver morir a alguien y encima no poder hacer nada.
Decide trasladarse a un apartamento. Aunque es el propietario de una mansión, dado que pertenece a una familia adinerada. Aunque sus orígenes son acomodados no ha querido vivir como una persona de su posición. Su infancia tampoco ha sido muy agradable. El entorno familiar no era el más adecuado. Prefirió ser policía. Ascendió hasta que llegó a Capitán y la tragedia se cebó con él. Pero todo eso puede cambiar.
Dora es la dueña del apartamento que Jed ha alquilado. Está justo encima de la tienda de antigüedades.
Comienza una atracción entre ambos, desde el primer momento que se ven. Es un choque de personalidades. Jed no quiere que nadie entre en su vida y Dora se siente atraida e intrigada por su inquilino.
Empiezan a sucederse varios robos e incluso muertes alrededor de gente con la que Dora estuvo en contacto. Hasta que entran en su propia casa. Incluso en la de Jed...
Jed, como buen policía, asume la protección de Dora. Por la cual empieza a sentir algo más, aunque él aún no se ha dado cuenta.
Todo ello se irá enredando más, hasta descubrir quién está detrás de los robos y asesinatos.
Qué os puedo decir de este libro. Me ha dejado impresionada. Es buenísimo. De 9. Así de claro.
Es un cisne que tenía hace años guardado en una caja y el cual recuperé la semana pasada.. Qué grata sorpresa me estaba aguardando..
He disfrutado como hacía tiempo que no lo hacía con un libro y más si añadimos con un cisne. Me suelen gustar, pero para pasar el rato y poco más.
Pero en este libro he encontrado de todo: una historia de amor, pero que pasa por todos los estadios de una relación; encuentro, atracción, pasión, seducción, peleas, discusiones muy divertidas; en fin, mucha química entre ellos.
Luego está la historia que los une que son los robos y asesinatos: El malo es odioso, te pone los pelos de punta. Hay mas cosas sobre el malo, pero es mejor descubrirlas uno mismo.
He oído muchas veces que en los libros de Nora falta algo, pues os puedo asegurar que en este libro, jeje, al igual que en otros muchos, no le falta nada a la pareja… En todo momento transmite lo que es necesario: ternura, fuego arrollador, pasión,.. En fin que no me extiendo más que os recomiendo el libro…
Crítica realizada por Dougless
Dora Conroy es anticuaria y tiene una pequeña tienda dedicado a ello. Está llena de baratijas y autenticas reliquias. Pertenece a una familia dedicada a la actuación y ella misma en su juventud fue una actriz aficionada. En unos de sus viajes en busca de mercancía deja a Quentin, su padre, encargado de buscar un inquilino para un apartamento contiguo al suyo. Al volver se encuentra con Jed, un tipo duro, con pocos muebles y malos humos. La primera impresión no es muy buena y enseguida chocan sus caracteres.
Jed acaba de dejar la policía, después de un caso difícil no se ve capaz de seguir ejerciendo. Aprovechando ese cambio decide dejar su fabulosa mansión donde pasó una infancia dura y solitaria y mudarse a un pequeño apartamento de la ciudad. Su casera en demasiado optimista, alegre y entrometida pero también le atrae sin remedio.
Un atraco, robosy asesinatos hace que el instinto policial de Jed salga de nuevo y haga todo lo que pueda para proteger a Dora aunque por el camino se enamore sin darse cuenta.
Es un libro de hace unos cuantos años pero me ha gustado mucho y es que a mí, Nora Roberts no me suele defraudar casi nunca.
Los personajes no pueden ser mas distintos, Dora es alegría y color y Jed es retraído y poco sociable.
La trama esta bien llevaba, el contrabando de mercancía de arte era una cosa nueva para mí y ha sabido desgranarlo bien, es muy interesante e instructivo.
Los secundarios son muy completos, le dan vida a la historia; están los padres de Dora, Quentin y Trixie, sus hermanos, Lea y Will, la abuela de Jed, Honoria, los demás policías, los delincuentes ...
Le pongo un bueno.
Dora Conroy es una joven dueña de una tienda de antigüedades, desde tazas del siglo XIX hasta litografías modernas. Su apartamento está tan atestado con su almacén. Mientras Dora está de viaje con su hermana Lea para asistir a una subasta, su padre, actor de profesión, como su madre y su hermano, es el encargado de hacer la entrevista a un posible inquilino para el apartamento contiguo al suyo.
El nuevo inquilino resulta ser el capitán Jed Skimmerhorn, bueno, ex capitán, ya que acaba de renunciar en la policía. Skimmerhorn vio morir a su hermana hace pocos meses, asesinada por un mafioso al que perseguía Jed. Aunque proviene de una familia rica y posee una gran mansión en uno de los mejores barrios de la ciudad, Jed ha decidido, en contra de la decisión de su abuela, alquilar un pequeño apartamento mientras decide cuáles serán sus siguientes pasos.
La subasta a la que acude Dora traerá consecuencias inesperadas. Un traficante de obras de arte robadas ha perdido un cargamento, y DiCarlo, será el hombre encargado de recuperarlas. Con un reguero de cadáveres a su paso DiCarlo llegará a la tienda de Dora.
Por otro lado, la relación entre Dora y Jed no es que empiece con el mejor pie. Ella es un tanto excéntrica, alegre, vital, risueña y muy apegada a su familia. Jed es bastante taciturno, casi malhumorado y deseoso que su nueva casera le deje tranquilo. Pero poco a poco Jed empieza a ayudar a Dora con trabajos de bricolaje en el edificio y cada vez estará más a gusto con esa mujer llena de vitalidad. Dora, gracias a su loca familia, conoce el pasado de Skimmerhorn y está decidida a evitar que se hunda en la melancolía. Me ha encantado esa fijación de Dora, sin saber que ese estado de ánimo de Jed viene desde su infancia.
La relación entre ambos no queda deslucida por la trama de las obras de arte. Ambos son muy distintos pero se complementan a la perfección, ella un poco extravagante, y conociendo a su familia, es normal, y él decidido a hacer lo correcto, aunque en algún momento necesita un empujoncito. El resto de personajes también me ha gustado mucho, desde Lea, la hermana de Dora, hasta Brent, el antiguo compañero y amigo de Jed. La familia de Dora le da un toque de humor que pilla a Jed un poco despistado en algunos momentos, jeje. Sin olvidar a DiCarlo y Finley, vaya dos antagonistas más bien descritos.
Me ha llamado la atención la ambientación, esos días que rodean la Navidad y el año nuevo, con la nieve cubriendo Filadelfia y una estampa blanca. La trama de las piezas de arte robadas y perdidas está muy bien llevada y en algunos momentos te deja con la boca abierta, entre Di Carlo y Finley no sé decir cuál da más pavor. La historia de amor entre Jed y Dora es típica de esta autora, ellos duros y fuertes, algo cabezotas y ella es decidida, lista y dispuesta a hacer lo que sea necesario para descubrir a un asesino despiadado.
Otro libro más de los antiguos de Nora Roberts que tenía pendientes de leer. No puedo decir que este me haya gustado más que los otros pero es que todos me han encantado. A pesar de no ser una novela ligerita (en número de páginas me refiero) me la he leído en un suspiro, cada momento que tenía libre no podía dejar esta historia, tanto por Jed y Dora como por Finley y DiCarlo. Una novela apasionante de principio a fin.
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