Crítica realizada por Isabel Arconada
Es la nueva entrega de los Cazadores Oscuros, en este caso el protagonista es Ravyn Kontis un cazador que a su vez es un Were-Hunter.
Susan Michaels es un reportera caída en desgracia; la que una vez fuera una reconocida periodista con varios premios en su haber, tiene que conformarse ahora con trabajar en un periódico sensacionalista donde las noticias son del tipo "MUCHACHO ASESINADO POR POLILLAS ASESINAS".
Poco después de que su jefe le encargue investigar a una joven estudiante que bajo el nombre de Dark Angel lleva un blog en el que habla de su jefe (un asesino de vampiros que para colmo se convierte en gato), su amiga Angie le llama por teléfono y le pide que acuda a verla a la clínica veterinaria donde trabaja; allí, el marido de Angie, Jim, le habla de una conspiración policial, desaparecidos y vampiros... Por lo visto, todo el mundo en Seattle se está volviendo loco, ¡y encima para disimular su amiga le pide que adopte un gato, animal al que es alérgica, para disimular!
Claro que, cuando al llegar a su casa, el gato se convierte en un sexy tipo desnudo, Susan se convence de que sus amigos no están locos sino que se han aliado para gastarle una broma de mal gusto. No puede haber otra explicación. O eso intenta decirse a sí misma hasta que unos hombres vestidos de policías entran en su casa e intentan matarle a ella y al macho-man.
Ravyn fue capturado la noche anterior y encerrado en una jaula de la clínica veterinaria por los daimons (uno de los cuales pretende castrarlo, ouch). Se trata, efectivamente, del hombre del que se hablaba en el blog. Cuando él y Susan huyen a casa de unos escuderos para ponerse a salvo y curar las heridas de Ravyn, a ella no le queda más remedio que comenzar a creer. Pero ahora que sabe demasiado, los escuderos sólo le dan dos opciones: jurar lealtad y convertirse en escudera, o morir.
Obviamente, Susan opta por la primera. Junto a Ravyn podrá vengar las muertes de sus amigos, la única familia que tenía y, siguiendo su instinto de tenaz periodista, descubrir quién se encuentra tras la conspiración de la que Jim le hablaba. ¿Por qué están los humanos ayudando a los daimons?
Si Ravyn, los escuderos, y el resto de cazadores de Seattle no lo descubren pronto, todos se verán en serio peligro; por lo pronto, ya han perdido a uno de los suyos. ¿Pero cómo luchar contra aquellos a los que han jurado proteger?
Entre luchas e investigaciones todavía queda tiempo para el amor, pero eso abre una nueva duda, ¿realmente es posible que haya una relación entre un Cazador y una escudera?
Como en todas sus novelas, Kenyon presenta momentos dramáticos, feroces batallas y mucho humor (¿os podéis imaginar una protagonista que le tenga alergia al héroe?).
En algunas críticas de las lectoras americanas se quejan por el carácter de la protagonista, pero a mí me encanta que sea tan sarcástica, si no fuera a sí no tendría modo de salir airosa ante los otros escuderos, los Cazadores y los Were-Hunters.
Para no variar, Ravyn es un tipo bastante torturado y solitario. Nació hace miles de años pero lleva apenas cuatro siglos siendo un Cazador Oscuro, desde la noche en que su propio hermano le mato. Cuando le confesó a su pareja lo que era, ella se lo contó a sus vecinos y aprovechando que los hombres de la manada estaban fuera, asesinaron a mujeres y niños. Al volver, y ver la masacre, la manada se volvió contra Ravyn, al que consideraban directo responsable. Su padre y sus hermanos llevan el santuario de Seattle pero no le dirigen la palabra, ni mencionan su nombre. Solitario, Ravyn sólo tiene un amigo verdadero, Cael, otro Cazador. Jamás pensó que volvería a confiar realmente en una mujer, pero Susan no sólo no ha salido corriendo asustada al conocer su verdadero yo sino que lucha ferozmente a su lado y le defiende valientemente en sus luchas contra los daimons y, más importante, ante su propia familia.
En cuanto a personajes secundarios, la mayoría de ellos son desconocidos, a Kirian, Talon y compañía se les nombra pero nada más. Nos reencontramos con el escudero Oto, con Savitar, con el asqueroso de Stryker por la parte de los daimons... Algunos de los personajes nuevos son Erika (escudera sustituta de Ravyn a la que a veces dan ganas de patear por ser tan inconsciente pero su sentido del humor tan irónica me ha gustado mucho y creo que la volveremos a ver) y Satara (hermanastra de Stryker y una de las doncellas de Artemisa, con lo que os podéis imaginar que habiendo tenido que aguantarla durante siglos, tiene motivos más que de sobra para odiar a la zorra pelirroja)
Otro de los personajes conocidos es Nick, ya que Savitar le deja con Ravyn para que sea éste quien le entrene; para mi volver a saber más de Nick era uno los grandes atractivos del libro, pero francamente, hubiera preferido no verle; continúa guardándole un intenso rencor a Ash y es comprensible, pero que le culpe hasta del Katrina es pasarse, y su actitud y ciertos actos que no puedo revelar... lo siento, pero no.
Lógicamente el que no podía faltar, aunque sea también brevemente es Aqueron, menos mal que ya queda menos para el 2007 y poder leer su historia porque aunque parezca imposible cada vez le tengo más ganas. También sobre él he leído algunas críticas negativas (¡sacrílegas!) porque ya no tiene la chulería y arrogancia de los primeros libros; teniendo en cuenta que a la vez que se van abriendo nuevas incógnitas en ciertos aspectos le vamos conociendo mejor y sobre todo, pensando en todos los cambios que se han ido sucediendo en su entorno, es imposible que su actitud pueda ser la misma.
No quiero alargarme mucho más. Resumiré diciendo que, aunque la relación entre Susan y Ravyn no tenga la fuerza de las primeras parejas, ambos me han gustado como individuos y también por la forma en que se relacionan entre ellos y con los demás personajes. Si tenemos en cuenta también el sentido del humor tan Kenyon que encontramos y los nuevos giros e interrogantes en la historia de los Cazadores... realmente no sólo vale la pena (¿acaso alguna lo dudaba?), si no que pasa la prueba con un notable.
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