Susan Mallery - Alguien como tú

Crítica realizada por Soraya

Jill Strathern había dejado el pueblo por la gran ciudad y jamás había mirado atrás... hasta que regresó años después para dirigir un pequeño bufete de abogados. Fue entonces cuando descubrió que su amor de la infancia, Mac Kendrick, ex policía de Los Ángeles, también había regresado al tranquilo pueblo de Los Lobos.
Aunque Mac la había rechazado en el instituto, Jill no podía negar la atracción que seguía sintiendo por él.
Jill y Mac iban a enfrentarse a emociones suficientes para tener satisfecho a cualquier habitante de Los Ángeles... Capos de la Mafia, trabajadores sociales, ex novios rabiosos y una niña de ocho años, todo ello podría complicar hasta el más sencillo romance...

El día que Jill entra en el despacho de su marido y lo descubre, por decirlo suavemente, haciéndolo con su secretaria, todo su mundo se desmorona. Además no tiene suficiente con eso, sino que horas más tarde la despiden de su trabajo (trabajaba con él) sin ningún motivo aparente. Ella sabe que la "asquerosa comadreja mentirosa" que es el apodo que le ha puesto desde que la ha engañado, ha tenido algo que ver en su prematuro despido, pero por el momento no puede hacer otra cosa que recogerlo todo y marcharse a "Los Lobos" el pueblo en el que creció, y al que jamás pensó que volvería.

En la noche de su llegada a casa de su tía, bebe un poco más de la cuenta y se marea delante del sheriff del pueblo, que no es otro que el primer amor de Jill, Mac. Todo parece irle mal en ese momento, su trabajo en el pueblo no es comparable con el que tenía en la ciudad, su matrimonio se ha ido al garete y encima ha hecho el ridículo delante de Mac. Su único consuelo es planear la forma de devolverle el golpe a su ex marido, aunque será algo de lo que se olvidará pronto con la presencia del sheriff rondando en su vida.

Mac, ex policía de Los Ángeles, ha regresado al pueblo buscando un lugar tranquilo en donde recuperar su vida, y en especial a su hija de 8 años. Cometió un error en el pasado y ahora tiene que conseguir demostrar al asistente social que puede ser un buen padre, para que le concedan la custodia compartida. La madre, ex mujer de Mac, la ha dejado durante todo el verano con el padre para que éste mejore la relación que tiene con ella, y demuestre que puede hacerse cargo de la pequeña. Pero con el actual trabajo que tiene Mac, éste necesitará de la ayuda de Beverly, su vecina y a la vez tía de Jill, para que se haga cargo de la pequeña mientras él está de servicio. Es así como empieza la relación entre ambos protagonistas.

La relación de Mac con su hija es uno de los puntos fuerte de esta novela. Vemos a un padre entregado en recuperar la confianza de su hija, pues sabe que la decepcionó y eso es lo que más le duele de todo. Entre ambos se producen unas escenas muy tiernas. En sí el personaje de la niña está muy bien llevado por la autora. Esa inseguridad que muestra frente a las acciones que hizo su padre en el pasado, su forma de plantarle cara al asunto, y la ingenuidad propia de los niños, hace que se gane el corazón de las lectoras.

El personaje de la tía Bev es otro que aporta mucho a la novela. Su toque excéntrico con el tema del tarot, pero sobre todo la empatía que tiene con las personas que la rodean hacen de ella alguien especial, y es que durante toda novela se hace querer. Se convierte en un apoyo para la niña, en el preciso momento en que ella más la necesita. Sabe escuchar y comprender las necesidades de las demás personas sin que éstas abran la boca para expresarlas. Se nota que la autora no ha metido a los secundarios para rellenar, como hacen muchas otras, sin ton ni son. En esta novela los secundarios, sin quitar el protagonismo a los protagonistas, valga la redundancia, aportan un toque de ternura que se agradece.

La historia de amor entre Mac y Jill me ha parecido bastante bonita. Al principio él se resiste un poco porque tiene mucho que agradecerle al padre de ésta, y no considera apropiado acostarse con ella así sin más, sabiendo que ella se irá del pueblo tan pronto como recupere el control de su vida. Pero será inevitable que los sentimientos vayan a más, y ninguno de los dos podrá poner freno a algo que ya se les ha ido de las manos.

Por último decir que me gustaría mucho poder leer la historia de Gracie, una de las mejores amigas de Jill, que se fue del pueblo hace muchos años y no ha vuelto a pisarlo desde entonces. Es recordada por todos sus habitantes como la chica que se enamoró perdidamente de uno de los chicos malos del pueblo, y que hizo mil locuras por intentar que él se fijara en ella.

Creo que es una buena historia, es más, considero que esta autora es una de las mejores que he leído en relatos un poco más cortos. Me gusta cómo consigue hacerme sentir que ambos protagonistas se están enamorando, y también me gusta el toque gracioso que aporta a sus novelas, así que mi puntuación es de 4 sobre 5. Buen libro, con buenos personajes y una buena trama, sin duda lo recomiendo.