Suzanne Brockmann - Out of Control

Crítica realizada por Bona Caballero

"Out of Control" (en inglés, "Fuera de control") es una novela de acción escrita por Suzanne Brockmann, la 4.ª de la Serie Troubleshooters.
En la encuesta anual de la página web All About Romance obtuvo varios premios: al mejor romance, al mejor romance "cabin/road" (es decir, "de carretera" o "de viaje"), la mejor contemporánea, el mejor suspense romántico y el mejor héroe, Kenny, del año 2002. ¡Sí, se los merecía! Y atrapa tanto que se lee de un tirón.
Kenneth "WildCard" (esto es, "comodín") Karmody es un Navy SEAL del Equipo 16. No es que en los libros anteriores te llamara mucho la atención. Parecía el típico geniecillo informático inmaduro. Podría ganarse bien la vida en la empresa privada, pero le puede el gusanillo de la acción. Su experiencia con las mujeres es limitada. Durante años tuvo una relación con Adele, su novia del instituto, y tuvo una ruptura más bien traumática.

Un día, al volver a casa, se encuentra con Savannah von Hopf, una joven muy sexy que ha sufrido el pinchazo de una rueda. Ken le ofrece su ayuda, se la lleva a casa,... en fin, esa misma noche todo se vuelve tan apasionado y perfecto que Ken, en su precipitación habitual, ya está poco menos que pensando en el nombre de sus hijos.

Cuando, después de un entrenamiento, acude a buscarla al hotel, se encontrar con una versión diferente de Savannah: más estirada, con traje, repeinada... Y no tarda en saber que su encuentro no fue casual. Ella lo conocía desde hacía años. De hecho sus datos se los había dado Adele, la ex que tanto daño le había hecho. Ha venido a buscarlo porque tiene un peligroso encargo.

Su tío Alex ha desaparecido en Indonesia. Parece haber sido secuestrado. Y ella será la encargada de entregar el dinero. Pero prefiere no ir sola a un sitio tan peligroso. Por eso recurre a Ken, por el que ha estado colada desde hace años. Aunque él ni era consciente de su existencia. Ken se siente decepcionado, enfadado y desde luego lo último que se le apetece es aceptar un billete de ida a Yakarta.

Kenneth es maravilloso, impulsivo, sexy, inteligente, decidido, sabe cómo sobrevivir en un entorno hostil,... Lo tiene todo, creo yo, como héroe de novela romántica. Incluso el ser, como a veces le llama Savannah, un gilipollas, porque a veces es como un adolescente que dice lo primero que le pasa por la cabeza. Siempre se le ocurre alguna forma original de salir de los problemas. Cuando todos pensamos en los problemas con alternativas A o B, limitados por una especie de "caja mental" en la que nos encerramos, Ken es de los que sabe "salir de la caja" y encontrar la solución C.

Savannah te cae también muy bien, es capaz de arrostrar el peligro y el dolor en mitad de la selva sin pestañear ni quejarse. Más valiente de lo que ella misma se pensaba. Y enseguida se da cuenta de que tiene que ser sincera con Ken, aunque le cueste su aprecio. Creo, no obstante, que Brockmann se pasa en algunos detalles de "tontita". Se supone que es una chica con dinero, de buena familia, educada en una universidad pija del Este de los Estados Unidos, y trabaja como abogada de apelaciones. Siempre va perfectamente maquillada, cada cabello está en su sitio y empareja a la perfección los complementos. Viste, como dice Ken, "con la ropa de su madre". Pero precisamente por su pijotería me parece poco creíble que no sepa ir cómoda, "arreglá pero informal", para un viaje de más de veinte horas hasta Indonesia. Y una persona con una mínima cultura y obsesa por el control como ella, no necesita que un SEAL le advierta que va a un país mayoritariamente musulmán y que le conviene ir tapada para no ofender a los lugareños.

Hay otros dos romances secundarios. La madre de Alex (y abuela de Savannah) se dedicó al espionaje durante la Segunda Guerra Mundial. Un tema más interesante que los episodios bélicos de libros anteriores. Y, aunque sigue teniendo poco que ver con la historia actual, se inserta de una manera más natural. Se supone que la octogenaria abuela de Savannah acaba de publicar su autobiografía y que es un superventas. Diversos personajes en la historia (Alyssa, Savannah, Molly...) tienen un ejemplar y lo van leyendo en determinados momentos. Desde el punto de vista estilístico, es una forma un poco más compleja, literariamente, de contar esta historia. El único "pero" que le pondría es que no hay "cambio de voz" entre el texto de la biografía y el resto del relato, ni tampoco está escrita como un libro de no ficción, sino como una novela.
Otra historia es la de Molly, una cooperante-misionera cuarentañera y Jones, una especie de contrabandista de dudoso pasado, tipo duro en plan Harrison Ford (de hecho en un momento lo comparan con Han Solo). Molly es mayor que él, Jones no siempre se comporta honradamente. Pero sus diálogos son muy francos, muy adultos y sus encuentros, bastante apasionados. Pueden llegar a robarle el plano a la pareja principal.
También aparecen los SEAL y el FBI. Sigue la historia de Sam y Alyssa. Él se está esforzando en que su matrimonio funcione, pero no puede olvidar a Alyssa. Y ella se siente infeliz porque lo ama, y sabe que no puede tenerlo. Muy frustrante.
Advertencias habituales de Suzanne Brockmann:

Primera: los Navy SEAL no hablan como el Sr. Darcy. Abstenerse aquellos lectores a quienes disgusten los tacos.

Segunda: el final feliz sólo se asegura a la pareja principal, así que te preguntarás todo el rato cómo acabarán estas historias secundarias. ¿Bien, mal, regular? ¿No acaban....?

Tercera: para disfrutar de verdad de este libro, conviene haber leído los anteriores.

Cuarta: te deja con ganas de correr a leer el siguiente.

Valoración: 8/10. Muy buena.