La novela romántica, tal y como la entendemos en la actualidad, es la heredera directa de una corriente de autoras anglosajonas que despuntaron a finales de los años 70 y comienzos de los 80. Estas autoras fueron las encargadas de labrar el perfil característico que define a este tipo de narrativa como el género literario que es:
Uno de los puntos a favor del género romántico es que permite, dado que el amor es un sentimiento universal, un campo amplísimo de contextos y condiciones bajo los cuales pueden llegar a desarrollarse sus historias. Es decir, que basta con echarle un poco de imaginación para ser capaces de idear amores casi en cualquier época, en cualquier lugar y entre cualquier tipo de personajes.
La consecuencia lógica de todo esto no podía ser otra que la proliferación de los llamados subgéneros: la clasificación que se tiende a realizar dentro del propio género en función del tema predominante en cada novela. Así, a las novelas románticas ambientadas en épocas pasadas las consideraremos novelas románticas-históricas; aquellas que vayan acompañadas de una buena dosis de misterio pertenecerán al subgénero de suspense romántico; las protagonizadas por vampiros, fantasmas, demonios y otras criaturas inmortales son llamadas de romance paranormal... Y así, hasta completar un largo abanico que parece ser cada vez más amplio, y en el que incluso brotan categorías dentro de las categorías. Por ejemplo:
Género: Novela Romántica
Subgénero: Contemporáneo
Categoría: Deportistas
...
¿Existe algún límite? A día de hoy, se diría que no. En cualquier caso, los subgéneros son parte esencial de la novela romántica, y es necesario abordarlos y trabajarlos como tal. Algunos lectores se declaran fieles a uno en concreto; otros están abiertos a más de uno, pero muestran preferencias claras. Y, por supuesto, también hay quien toca todos los palos sin ningún tipo de filtro o prejuicio. Como lectores, nadie nos puede decir qué nos gusta y qué no. Como autores, por lo tanto, habrá que conocer qué subgéneros existen y qué características presenta cada uno de ellos si queremos extraer su máximo potencial ―y el nuestro―.
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Comentarios (4)
Roxana
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Katon
Coincido con esos tres principios básicos fundamentales, si uno falla, ya no es novela romántica.
En cuanto a los subgéneros, hay algunos que me gustan más que otros y hay autoras que no deberían ponerse a hacer experimentos, pero claro, para gustos, los colores.
Un artículo interesantísimo, gracias Érika
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Dougless
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Sandrayruth
Pero creo que todo el mundo se tendría que quedar con el primer punto: historia de amor. Una relación entre dos personas en la que surgen obstáculos, pero que transmite la idea de que el amor es lo más importante y todo lo puede. El amor es el eje de la trama, así como el motor que mueve a los personajes. Se lo tendría que apuntar más de una persona!!
Muchas gracias por el artículo.
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