¡Gracias! Es un placer estar de nuevo por aquí para hablaros un poco de “Al Abrigo del Mar”. ¿Qué clase de escritora soy? Me considero una escritora de brújula un poco caótica. De brújula porque a partir de la idea en la que se cimentará la trama dejo que los personajes tomen las riendas y me lleven de la mano hacia la historia que me quieran mostrar. Lo único que planifico previamente es la ambientación, ya que recopilo información de todo lo que encuentro en el proceso de investigación; gastronomía de la época, oficios, música, arquitectura, arte, moda, educación, momento político, tradiciones y costumbres, normas sociales, aspectos culturales, personajes históricos del periodo en el que se desarrolla la novela, etc. Y caótica porque, aunque no utilizo ni la mitad de la información que se esconde en el sinfín de carpetas que saturan el escritorio de mi ordenador, saber que dicha información se encuentra disponible para ser usada en cualquier momento me hace sentir tranquilidad mientras escribo.
Para mí la trama tiene dos partes, una primera en la que se presentan a los personajes, así como su situación social y familiar en una narración temporal lineal y una segunda parte en la que la línea temporal se rompe y se alternan capítulos del presente y el pasado de los protagonistas. La historia está ambientada en Mojácar y Almería durante la última década del siglo XIX. Una época muy significativa para la provincia, puesto que la minería fue vital para el desarrollo de su economía durante todo ese siglo. La tecnología de los siglos XIX y XX posibilitó nuevos métodos de extracción, manipulación y transporte de minerales. Las minas volvieron a rendir. Se construyeron ferrocarriles, cables, descargaderos, poblados, acueductos, faros y carreteras. Se produjo un fulgurante desarrollo de los distritos mineros de Sierra de Gádor y Sierra Almagrera. Una apariencia de prosperidad retornó a las sierras del Cabo de Gata y la población aumentó en 14.000 habitantes (1900). Especialmente a partir de 1838, con el descubrimiento de un filón de plata en Sierra Almagrera, se crearon varias minas en explotación en Mojácar y alrededores. Además se instaló un alto horno de fundición de plomo en la playa que sería el primero de Almería y segundo de España. Esta será una época de esplendor para toda la zona en la que Mojácar alcanzaría su máximo demográfico: 6.382 habitantes según el censo de 1887. Durante mi proceso de documentación sobre la minería almeriense encontré un artículo llamado Ingenieros noruegos en las minas de Almería del siglo XIX en el que se exponen los resultados de la investigación llevada a cabo sobre unos ingenieros noruegos destinados a las minas de plomo y hierro de las Sierras de Almagrera, Bédar y Alhamilla a finales del siglo XIX. En dicho artículo se revisa tanto su vida profesional como personal, debido a la documentación derivada entre España y Noruega. El destacado protagonismo que tuvieron esta serie de noruegos en una de las compañías mineras más importantes establecidas en el sureste español me ayudó en la construcción de los personajes de la familia Sell. Por otra parte, durante el siglo XIX la creación de Cafés cantantes en torno a la riqueza que propició la minería en las diferentes zonas de la península española también fue muy notable en la región almeriense y murciana. Los Cafés cantantes, hasta que don Antonio Chacón llevara el flamenco a los teatros, fueron el escenario idóneo para un arte en vías de profesionalización, que provocó sucesivos acontecimientos en el ambiente artístico de la época. El flamenco estaba presente en todos los Cafés de dicha índole, era casi su razón de ser, si bien, existían otro tipo de atracciones añadidas, que evolucionaron adaptándose al vaivén de los tiempos y de los gustos del momento. Si al principio el público demandaba el baile bolero, francés, inglés, aires nacionales, tonadilla, cancán o los transformistas, más adelante serían las «varietés»: copla andaluza o aflamencada y cuplé. Hay que tener presente que la palabra tonadilla y «varieté» eran muy globalizadoras, cobijando todo. No obstante, llámese como se llamase el local —café, salón o teatro—, en solitario o arropado, prioritario o secundario, el cante, toque y baile tuvieron en Almería un sitio muy importante. El número de Cafés que se crearon en la capital superó con creces la veintena; cifra que se aleja bastante de los tres o cuatro a los que se acostumbra en la bibliografía flamenca. A grandes rasgos, este es el ambiente social e histórico en el que se desarrollará la historia de Román y Astrid.
Astrid Sell es una joven alegre, decidida, fuerte, curiosa y valiente. Es muy consciente de lo que su familia espera de ella, pero también de sus propios deseos y de lo que quiere en su futuro. Pertenece a una familia adinerada y se ha educado en un entorno culto y exquisito para las jóvenes de su época, pero cerrado y que de algún modo, propiciará que su rasgo más característico; la impulsividad, se desarrolle más allá de lo permitido para su propio bien. Su principal objetivo será finalizar sus estudios para ejercer como profesora de idiomas. Román Guirao es un hombre de condición humilde, trabajador, orgulloso, íntegro e impetuoso que ha crecido bajo los valores del respeto y la decencia que su madre le ha inculcado. No ha disfrutado de una escolarización continuada, pero sí de una instrucción que lo aleja del analfabetismo. Anhela una vida diferente a la que tiene; trabajar fuera del pueblo, conocer otros lugares, personas y tal vez viajar, sin embargo carece de los recursos y de los medios económicos para hacerlo y además, está muy comprometido con sus responsabilidades familiares. Astrid y Román tienen orígenes culturales distintos, pertenecen a clases sociales opuestas, han tenido una educación desigual y un estilo de vida muy diferente. Sus caminos no debían cruzarse, sin embargo la atracción que surgirá entre ellos arrasará con todas las prohibiciones que la sociedad les imponga… ¿o no? ;)
Siempre disfruto el proceso de documentación de las novelas, pero en este caso tengo que confesar que lo he disfrutado doblemente porque he descubierto datos sobre la historia de Almería, y de la provincia en general, que como almeriense desconocía. En cuanto al proceso de escritura como tal me ha encantado ver la evolución que se produce en Román y Astrid en cada nuevo encuentro (y/o desencuentro) a lo largo de la novela.
Destacaría la pasión y la ternura. Ambos son jóvenes, arrebatados, desafiarán las normas sociales y se enamorarán a pesar de las circunstancias e incluso de sus propias decisiones. El inicio de su relación será dulce, casi inesperado, pero acabará siendo muy intenso debido a la profundidad de sus sentimientos. Su historia es la de un amor que tendrá que superar varias adversidades, que deberá mantenerse fiel frente a las desconfianzas, fuerte para perdonarse las heridas que se provocarán con sus errores y sincero para luchar por una vida común en un futuro. Muchas gracias por permitirme presentaros “Al Abrigo del Mar” y hablaros de Román, de Astrid y de su historia. Un abrazo enorme.
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Comentarios (1)
Cynthia HJ
¡Gracias por la entrevista y mucha suerte a la autora!
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