En alguna que otra novela hemos leído que nuestro querido protagonista está loquito por ese bello lunar que la heroína de turno luce coquetamente en el pómulo, junto a la boca, en el cuello... Pero ¿y si ese seductor lunar fuera postizo? ¿Lo habéis pensado alguna vez?
¿Sabéis algo sobre la historia de los lunares postizos?
La autora Sandra Bree acaba de publicar su novela Un truhan encantador, y en ella hace referencia a este tema. Así que después de indagar y documentarse para escribirla, ha querido compartir con todos nosotros parte del estudio que ha realizado con este interesantísimo «¿Sabías que...?» que podéis leer a continuación:
El lunar artificial o «mosca»
En mi última novela hago referencia a una pequeña pieza de tela de tafetán, que se adhiere a la piel, llamada «mosca», pero ¿qué es?
Pues en realidad se conoce más como lunar artificial o postizo.
Cuando pienso en Francia, en esas épocas en que se llevaban las gigantescas pelucas, las caras pálidas maquilladas con el polvo de arroz y todas esas puntillas y adornos, una de las primeras imágenes que se me pasa por la cabeza es la de madame de Pompadour y sus lunares artificiales.
La verdad es que las famosas «moscas» («mouche»), nombre que le dieron los franceses por ser algo desconcertante, que servían para adornar el rostro, se empezaron a usar en Roma y básicamente se utilizaban para ocultar verrugas, cicatrices y granos. Cuanto más grande era el sitio a cubrir, más grande era el lunar.
También se llevaron en Oriente, donde las mujeres se los colocaban en la barbilla como decoración. En La India reciben el nombre de «Bindi», y se colocan en la parte superior del entrecejo.
Sin embargo, cuando el lunar artificial causó más furor fue durante la epidemia de la viruela. Esta enfermedad ocasionaba tantas cicatrices en la cara, que todos, ya fuesen hombres o mujeres, se cubrían las señales, llegando incluso a llevar dos y tres lunares.
Hace poco, mientras buscaba información, llegué a leer que hasta en el cuento de La Cenicienta, las hermanastras iban a comprarlos a una mercería. Y, por cierto, se guardaban en cajitas parecidas a las polveras.
En la época del Cardenal Richelieu estas piezas tenían forma de flores, bestias, media luna, estrella, etc.
Con el tiempo los lunares fueron admitidos como un elemento más del maquillaje y los colocaban como mero placer estético, tanto en la cara, como en la espalda o el pecho.
Existía un efectivo lenguaje sobre la correcta colocación de los lunares sobre el rostro. Una especie de código de significados en función de su ubicación. Por ejemplo, puesto sobre una verruga sugería timidez; en la mejilla izquierda señalaba a una mujer casada; en la derecha a un dama comprometida; en la nariz desvergüenza; en la frente era símbolo de realeza y junto a la boca besadora o besucón.
Madame de Pompadour utilizaba este tafetán para señalar con sus lunarcitos las diferentes posiciones de las fuerzas militares al Mariscal d'Estreés, en las campañas de 1750. Ella era de los pocos personajes de Francia a la que el Rey, Luis XV, seguía permitiendo el uso de antifaz en la Corte, algo por cierto habitual en Francia hasta el reinado de su monarca Enrique IV. Eso sí, utilizaba lunares sobre el antifaz para adaptarse a la moda, tal y como lo acostumbraban a hacer en Venecia donde buena parte de las máscaras de carnaval los llevaban.
Hay quienes suponían que la colocación de los lunares era complicado: un lunar en la parte inferior de la mejilla podía engordar la cara; si se colocaba cerca del ojo podía obligarnos a bizquear... Por tanto, dependiendo del rostro, cada uno lo llevaba de manera personalizada.
En los rostros de las damas inglesas se podían encontrar hasta quince o veinte parches, llevándolo tanto las jóvenes, como las madres y las viejas. La sociedad inglesa no comprendió que la intención de los lunares era para realzar la belleza y no para enumerar la cantidad de defectos que debían ocultar.
En el cine, algunos actores y actrices también usaron estos postizos, en ocasiones eran pintados: Roger Moore, Cindy Crawford, Marylin Monroe o Madonna, entre otros muchos.
*Artículo realizado por Sandra Bree
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Comentarios (33)
Esperanza
Los lunares postizos me causa mucha gracia y más que tuvieran un código de significados distintos según el lugar. Y no sabía que se empezaron a utilizar desde la época romana.
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MARIAN
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Cristina Sánchez
Muchas gracias por estos artículos, aprendemos muchas cosas interesantes.
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LadyZarek
Me ha parecido muy curioso el tema. He leído en varios libros que algún personaje lleva un lunar, pero hasta ahora no me había parado a pensar en su significado, o en si hay distintas formas. Gracias por mostrarnos este mundo, no tenía ni idea de lo complicado que era.
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Sandra Palacios
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Alicia
Besos y gracias por la información!
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Yolandagq
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Olaya.P
Debía de ser muy difícil aguntarlos bien en la cara, una parte de nuestro cuerpo que movemos tanto.
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Rociodc
Gracias Sandra, me ecabta saber estos detalles.
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ANA MARIA GARCIA
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Irune
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Katon
¡¿15 lunares en la cara?! Eso sí que llamaría la atención, y qué incómodo tendría que ser. Estos ingleses...jejeje.
Gracias por un artículo tan interesante y mucha suerte con tu novela Sandra
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Angela
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Carmen Zapico Zapico
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LadySeya
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Jane
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Noemí Pérez
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Cynthia HJ
Tampoco sabía que se llamaban "moscas", ¡menudo nombre tan peculiar! XD La verdad es que la idea de tener lunares falsos metidos en una caja como de polvos es bastante pintoresca, además de tener distintas formas, cosa que nunca se me habría ocurrido.
Yo soy andaluza y en las ferias, cuando nos vestimos de gitana, es normal ponerse lunares falsos pintados. En mi familia es tradición pintarlos debajo del ojo derecho y en el lado izquierdo de la boca. ¡Ahora sé qué significarían en la época! XD
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Roxana
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cristina c.
Gracias por el articulo.
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LILIAN
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Sandra Palacios
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Malory
Como bien dices, ya sea en una novela o en el cine, todas hemos visto (o leído) los famosos lunares y yo siempre les he visto un puntito erótico o provocador... vamos un adorno coqueto que colocado de forma estratégica podía resultar de lo más sugerente. Pero eso de llenarse la cara de lunares postizos... madre mía, menudo cuadro jejeje
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Sandra Palacios
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Noemí Pérez
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Loreena
Muy interesante el artículo. Muchas gracias.
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Sandra Palacios
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Luciago
Las cajitas que aparecen en el artículo son una verdadera maravilla, soy una apasionada de este tipo de cubiculos.
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Sandra Palacios
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Almudena
Sabía de los lunares pero no que incluso se usaran de diferentes formas y significados.
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Sandra Palacios
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Elizabeth Urian
Muchas gracias por compartirlo.
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Sandra Palacios
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