Segunda entrega de la "Trilogía Kauri"
«–¡Más de cuarenta y cinco metros! –contestó Sam–. No sé tú, pero yo me siento muy pequeño debajo de un kauri así. Y muy… joven. Algunos de estos árboles vieron llegar las primeras canoas de los maoríes, luego a los blancos… a lo mejor todavía están aquí cuando el mar nos haya llevado a todos….
Sam alzó la vista con gravedad hacia las montañas. Precisamente ahí, en la plena naturaleza, solía ponerse melancólico. Kupe se imaginaba el motivo. Probablemente, antes había llevado hasta ahí las ovejas con Akona y Arama y escuchado cómo su esposa le contaba a su hijo estas historias que ahora él desplegaba ante Kupe como un consolador manto del pasado.
–Debes conocer tu historia, muchacho, tus raíces. Solo así encontrarás el camino hacia tu pueblo. Escucha las leyendas de tu gente, aprende su lengua. Akona siempre le decía a Arama que sus antepasados cuidaban de él en forma de estrellas. Kupe pensó en Matariki, la hija de las estrellas. »
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Comentarios (1)
Almudena
En este libro acontecen un sin fin de cosas que nos mantendrán con ganas de leer a lo largo de su gran número de páginas, el comienzo enseguida nos llenará de curiosidad y ansia por descubrir más sobre los personajes y sus complicadas situaciones.
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