Como el hielo

Crítica realizada por Patricia Bonet

Sydney y Kyler son amigos desde hace demasiado tiempo. La confianza que tienen el uno con el otro es única, tanta, que Syd hace tiempo que dejó de verlo únicamente como a su mejor amiga. Está enamorada de él, pero decírselo es un riesgo que no está dispuesta a correr. Kyler es un sexy hasta dormido, lo sabe y lo usa, por lo que estar siempre rodeada de mujeres no es algo nuevo. Syd, simplemente, se ha acostumbrado a ello. Aunque duele.

Por eso, cuando los dos se quedan atrapados en una cabaña, con la nieve como telón de fondos y ellos dos como única compañía del otro, la realidad puede dar un giro de 180 grados, y comenzar a salir a la luz pequeños detalles y sentimientos desconocidos. ¿Será el efecto de la nieve?

Pero no solo deben preocuparse por eso, pues se creía que estaban solos, pero no es así. Algo raro está ocurriendo ahí fuera. Pueden ser dos cosas: el tiempo, o que alguien quiere asustarlos.

No voy a contar mucho más, porque entre esto y la sinopsis, os podéis hacer una idea de qué va el libro. Pero deciros que no es solo una historia de amor, pues el suspense por saber qué está pasando ahí fuera os acompañará durante todas las páginas.

Sobre los protagonistas, son el modelo ideal de jóvenes enamorados; él en el papel del sexy que todo lo quiere y con chasquear los dedos lo consigue, pero no me ha cansado ni repelado su forma de ser, al contrario que ella en algunas ocasiones, pues le da tantas vueltas a veces a un mismo tema que puede llegar a ser un solo pesada. Pero, como he dicho al principio, no es el mejor libro de Jennifer, y los tópicos van que vuelan, pero es cortito, de lenguaje fluido que se lee en una tarde, y sirve para desconectar de cualquier libro más intenso que llevemos entre manos. Y creo que es ideal para esta época del año.

Patricia Bonet