En la segunda entrega de la trilogía erótica Driven, Rylee y Colton deben enfrentarse a sus sentimientos. Aunque el famoso piloto de carreras no quiere mantener una relación de pareja con nadie debido a un trauma de infancia, la atracción que siente por Rylee es innegable y se plantea cambiar esa norma que hasta entonces ha imperado en su vida. Rylee, por su parte, logra superar poco a poco la muerte de Max, su prometido. Pero cuando parece que la estabilidad está a punto de instaurarse en la relación de los dos jóvenes, un grave accidente de Colton en una carrera pone en peligro su vida.
Crítica realizada por Maribel Moreno
**Puede contener spoilers del libro anterior**
Con el tiempo acabaré por no leer trilogías hasta que no estén publicadas enteras (aunque siempre me digo lo mismo), pero es que no hay derecho de que nos dejen así, si el final del primer libro me dejó petrificada, con el final de este segundo me he quedado boquiabierta, ¿cómo se nos puede dejar así? Si además aún no hay fecha para la publicación de la última entrega.
El libro empieza justo donde acaba la primera parte, Colton alejó otra vez y de malas maneras a Rylee, ella en principio está desesperada y dolida, pero su amor propio le dice que tiene que ponerle en su sitio, así que vuelve decidida para encararse con Colton y entonces se da cuenta de lo roto que está este chico, ya que lo encuentra hundido y completamente derrotado.
Rylee sabe que Colton no tiene relaciones serias, que todas las mujeres le duran unos pocos meses, pero ella se ha enamorado de él y quiere ayudarle a ahuyentar esos fantasmas, que aparecen demasiado a menudo.
Colton carga con una infancia muy dolorosa que le dejó totalmente tocado, su corazón está cerrado herméticamente al amor , sin embargo, Rylee con su paciencia y su bondad, está derribando poco a poco su barrera y eso Colton no lo asume demasiado bien, así que cuando la relación avanza un poco, siempre acaba metiendo la pata.
Me está gustando mucho esta serie, aunque pueda parecerse a otras que ya he leído, pero los personajes me tienen ganado el corazón.
Rylee es puro amor, dulce, cariñosa, se desvive por los niños del Hogar, por que sean felices y tengan siempre con quien contar, y además tiene una paciencia infinita, que le hace falta con Colton, al que se ha propuesto ayudar a superar ese pasado que le atormenta.
Colton me encanta, detrás de su fachada de playboy, hay un niño herido, como él mismo dice está inmerso en la oscuridad y Rylee es la claridad, la luz que necesita, pero tiene mucho miedo a todo lo que tenga que ver con el amor, sin embargo, tiene un corazón que no le cabe en el pecho, sobre todo con los niños del Hogar, quizás porque los comprende demasiado bien. Me gusta como va evolucionando, como va dejando paso a los sentimientos que tiene hacia Rylee, aunque sea poco a poco.
En cuanto a secundarios seguimos contando con los mismos de la entrega anterior, Haddie, la gran amiga de Rylee, con la que siempre puede contar, los niños del Hogar, los padres y hermana de Colton, que aparecen un poco más y tienen devoción por él, y finalmente Becks, el amigo, casi hermano de Colton, que ojalá también tenga su propio libro, también hay alguna víbora odiosa que solo quiere hacer daño a Rylee.
La historia, como la anterior, está narrada en primera persona desde el punto de vista de Rylee, sin embargo, en esta ocasión, la autora introduce capítulos narrados desde la perspectiva de Colton, que nos ayuda mucho a conocerle más, ya que así vemos sus sentimientos y también sus miedos.
En definitiva, Driven. Cegados por la pasión continúa siendo una historia completamente adictiva, en la que conocemos un poco más a Rylee y Colton, dos personajes rotos, que se están ayudando mutuamente a recomponerse, aunque todavía les queda mucho camino que recorrer.
Espero que no tardemos mucho tiempo en saber cómo acaba está bonita y pasional historia.
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