Nathaniel necesitaba encontrar una institutriz que deseara trabajar en su lejana hacienda en las montañas. Pero no era tanta su necesidad como para contratar a Letty, la responsable de cosmética del departamento de belleza de la tienda de su padre.
—Quiero una institutriz a quien no le amedrente un imprevisto, no a una muñeca de porcelana - declaró, arrogante.
Sin embargo, Nathaniel descubrió que las apariencias engañan cuando Letty decidió darle una lección.
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