Habían transcurrido dos largos años desde que intentó la tontería absurda de terminar con su vida. Observó con pena las cicatrices en sus muñecas, recuerdo perpetuo de su tragedia. Sintió coraje y vergüenza. Ahora comprendía que ningún hombre merecía sus lágrimas y, menos aún, sufrir por su causa.
Su vida había cambiado, ella había cambiado; la inocente Christine quedó atrás, murió en esa habitación mientras su cuerpo se desangraba. Ahora, era solo un dulce recuerdo...
Era tiempo de volver. Lady Christine estaba lista para regresar. ¡Y su venganza sería implacable!
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Comentarios (1)
Antonella
Sufrí con ambos protagonistas... es costante ponerse del lado de uno u otro a medidas que vas leyendo...
Para mi gusto muy bien lograda.
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