Las estrellas de la fortuna

Crítica realizada por Rocío DC

Una vez más Nora Roberts me maravilla por su capacidad a la hora de innovar, contar y escribir sus historias.

Las estrellas de la fortuna, da el pistoletazo de salida a lo que será una trilogía trepidante, cargada de misterio, magia, fantasía y romanticismo, que sin duda a los amantes del género y de la pluma de la autora, nos tendrá en vilo y nos volverá a cautivar.

La protagonista principal en esta historia es Sasha Riggs, una artista de éxito que vive recluida y alejada del mundo en su hogar ubicado entre las montañas de Carolina del Norte. Vive atormentada por unos sueños y visiones que siempre la han hecho sentir diferente... y rara, y esos sueños que ella plasma en forma de maravillosas pinturas, es lo que la ha llevado a su destino. Esos sueños no son más que mensajes que Sasha cansada de ignorar, decide dejarse llevar por ellos y descifrarlos. Hecho que la lleva bastante lejos de su sitio de confort; nada más y nada menos que a la isla de Corfú.

Allí, y tal como vio en sus sueños, Sasha irá conociendo al resto de sus acompañantes en la ardua tarea de encontrar algo tan misterioso como ancestral. Peligroso como maravilloso. Mágico y real. Y es que ella más cinco personas que parecerán en su camino, tan originales como ella (o aún más) son los elegidos para encontrar las tres estrellas de la fortuna.

Una misión arriesgada que los pondrán en peligro y en una lucha con un ser oscuro y con mucho poder.

La novela contiene una historia singular y adictiva, de la que no te puedes despegar en cada página y la que por supuesto, deja ganas de más.

Esta primera novela nos presenta a los seis protagonistas; un grupo de lo más variopinto que hacen la novela aún más interesante y especial, sumado a Diosas, magos, visiones, hechizos, seres misteriosos... Pero aunque todos tienen protagonismo y bastante peso en la trama, el romanticismo en la historia lo llevan Sasha y Bran Killian.

Bran es un mago y uno de los primeros en aparecer ante Sasha en la unión del grupo.

Entre ellos existe una conexión más fuerte de lo normal, y los sueños de Sasha así lo presentaban. Se forja un lazo especial y son los que añaden a la novela el toque romántico y sensual, de una manera preciosa y sutil.

Si Sasha me ha gustado, sobre todo por el crecimiento del personaje en la trama, Bran me ha enamorado sin remedio.

Lo que surge entre ellos es único y la autora en medio de una trama compleja, ha sabido darles sus momentos y que el lector disfrute con ellos.

También, bajo mi punto de vista, Nora ha combinado a la perfección cada punto de la novela, equilibrando la trama fantasiosa, la importancia de cada personaje y entrelazando todo con la historia de amor entre Sasha y Bran. Algo que me parece es una tarea complicada, sobre todo en la presentación de la serie, pues lo que puede parecer mucha información en pocas páginas, en esta ocasión se nota el gran trabajo que ha hecho la autora en el equilibrio de la novela; tanto en la trama en la que nos adentra poco a poco, como en la aparición de los personajes a los que vamos viendo cómo evolucionan y conociendo más sobre ellos conforme avanza la trama.

No me queda más que recomendar la novela sin lugar a dudas. Y esperar con ansia la segunda parte.