Sandra M.
Biography
Administradora del blog "Mis romances encontrados", de literatura, con reseñas y muchos artículos más.
Clare (Rachel McAdams) ha estado siempre enamorada de Henry (Eric Bana), un bibliotecario de Chicago. Está convencida de que están destinados a vivir juntos, aunque no sepa cuándo tendrán que volver a separarse: Henry es un viajero del tiempo, con una rara anomalía genética que lo condena a vivir su vida en una escala de tiempo cambiante, avanzando y retrocediendo a través de los años sin ningún control. A pesar de que los viajes de Henry son tan imprevisibles que Clare nunca sabe cuándo volverán a verse, intenta desesperadamente adaptarse a esa vida, pues lo que sí sabe es que no podría vivir sin Henry.
El pequeño pueblo de Meryton se ve sacudido por la llegada a la localidad del apuesto, rico y soltero Mr. Bingley, dispuesto a establecerse en Netherfield Park. Para Mrs. Bennet, madre de cinco hijas, la excelente noticia solo se ve superada por el hecho de saber, poco después, que Mr. Bingley viene acompañado del estirado (pero más rico todavía) Mr. Darcy. En el primer baile, la hermana mayor, Jane, consigue robar el corazón de Mr. Bingley, pero Elizabeth no puede hacerse una idea más odiosa de Mr. Darcy.
El asunto se complica cuando un joven oficial, llamado Wickham, le cuenta las cosas más horribles sobre el pasado de Darcy, que Elizabeth asume sin cuestionar. También al mismo tiempo aparece en escena el señor Collins, un primo de las Bennet sobre el que recaerá toda la herencia del padre a su muerte. Para disgusto de su madre, Elizabeth se niega a casarse con tan peculiar personaje.
La felicidad de la familia Bennet, sin embargo, se deshará por causa de una serie de desdichas. Por un lado, Mr. Bingley abandona Netherfield Park a instancias de su amigo, que teme que Jane solo esté interesada en su posición; Elizabeth recibe la insospechada petición de mano de Mr. Darcy, que por supuesto rechaza, y la cuarta hermana, Lydia, se fuga con Wickham, quien, por cierto, solo ha dejado multitud de deudas tras él.
Por fortuna, ahí está el pertinaz Mr. Darcy que, a golpe de talonario, consigue obligar a Wickham a casarse con Lydia, y media entre su amigo y Jane para que recuperen su relación.
En la película, la pérfida lady Catherine de Bourgh de la novela no lo es tanto, y jugará un papel clave en el compromiso que por fin unirá a Mr. Darcy con Elizabeth. El final feliz, por tanto, abarca todos los niveles abarcables.
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