Me esfuerzo por escribir libros que conecten con los lectores a un nivel emocional profundo sin dejar de ser frescos y originales. Los editores siempre dicen que quieren libros que son “lo mismo pero diferente”.
A veces puede ser difícil encontrar un equilibrio para que la protagonista sea no sólo fuerte sino también suave. Otro reto es ayudar a que los lectores sientan las emociones que hay entre los personajes.
Me encanta tener candente la tensión sexual entre un hombre y una mujer – esa chispa especial del “tira y afloja” de la atracción que finalmente se convierte en algo más profundo y más rico y lleva a la verdadera realización.
Los personajes van tejiendo sus propias personalidades. Los voy creando palabra por palabra, y pienso en ellos mucho mientras escribo. Si el personaje me aburre, no seré capaz de terminar.
A los lectores les gustan los héroes oscuros y peligrosos, por supuesto, pero también aprecian a las heroínas fuertes y su involucración como parte de las operaciones de la Orden.
Si un personaje no me conmueve, entonces algo estoy haciendo mal. Pero realmente, me gustó mucho Caroline de Una apuesta indecente. Ella estaba dispuesta a tomar riesgos con tal de intentar enmendar su vida y, al hacerlo, encontró a Nicholas.
Es divertido porque las cualidades que más admiro en un hombre son diferentes de las que quiero en un héroe (el protagonista de una novela). Admiro la honestidad, la amabilidad, que sea un buen padre...
Empecé a conocer la historia de Escocia en unas clases que tomé en la Facultad de derecho de Stanford. Al mismo tiempo leí Forastera de Diana Galbadon y fue así me quedé completamente atrapada.
Siempre intento que tengan el atractivo de los caramelos duros con el corazón tierno. Por fuera, mis chicos suelen ser viriles, arrogantes y autoritarios. Pero por dentro, trato de darles ese toque sentimental.
Tengo una capacidad de abstracción increíble como una burbuja que me aísla del resto del mundo. Siempre que encuentro un hueco estoy escribiendo o pensando en ello. He llegado a escribir en la cola de Hacienda.
Tras escribir históricas durante mucho tiempo, sentí la necesidad de presionarme un poco y retarme a mí misma, y sabía que había diferentes tipos de personajes y tramas que podía probar en ambientes contemporáneos.
La obra que más trabajo me ha costado, es una que no se ha publicado todavía. Está ambientada en un momento de la historia muy difícil y convulso. Con demasiados villanos y pocos heroes.
Afortunadamente autoras como Diana Gabaldón han dado un nuevo status al género romántico y espero que las que vamos detrás podamos seguir aportando trabajos serios.
Es el subgénero en el que más cómoda me siento, seguramente porque escribir sobre la época actual es más realista. La mayoría de las novelas que he escrito son contemporáneas, aunque también me atrae el subgénero paranormal y el histórico.
Me apasiona ser capaz de explorar en esta serie la idea del poder psíquico y lo que tal poder puede exigir. ¿Quisieras poder oír los pensamientos de los demás? ¿Poseer la habilidad de ver el futuro podría enloquecerte?