¿Pasión u obsesión? Jo Hathaway creía conocer la diferencia, pero... Estaba mortalmente equivocada.
Fotógrafa de éxito, Jo Ellen Hathaway recibe inquietantes fotos de un desconocido que se dedica a perseguir y retratar cada uno de sus pasos. Cuando entre esas fotografías cree ver una imagen de su madre (quien todos creían que había abandonado a su marido y sus hijos veinte años antes) desnuda y muerta, Jo sufre un colapso nervioso que le lleva poco después a buscar consuelo y refugio en la tranquila isla de la costa de Georgia donde se crío.
Pero en Santuario, la posada que regenta su familia, no encuentra la paz ni las respuestas que buscaba. Por una parte, la relación con su padre y su hermano es distante y no puede contarles por lo que está pasando. Por otra, la llegada del joven arquitecto Nathan Delaney la altera de un modo diferente, despertando sus sentidos y su miedo al abandono cuando se enamora de él. Y, sobre todo, porque su acosador parece haberla seguido hasta la isla, poniendo de nuevo en peligro su vida y la de aquellos que la rodean.
La princesa Anna está en visita oficial en Roma. Es muy joven y está cansada de sus obligaciones, de que la vigilen y de atenerse a un estricto horario, por lo que decide escaparse durante la noche y vivir la vida de cualquier mortal. Conoce a un periodista norteamericano que la lleva a su apartamento. Joe Bradley, al darse cuenta de que es la princesa extranjera, se presta a enseñarle la ciudad diciendo que tiene unos días libres en el trabajo. Con ayuda de un amigo fotógrafo, le van tomando fotograf´çias sin que ella lo sepa con el fin de conseguir una exclusiva. La joven está maravillada de poder conocer Roma como si fuera una turista cualquiera, sin percatarse de que la están engañando. Se corta el pelo, compra en un mercado, va a un baile nocturno en un paquebote, monta en una vespa causando un caos... Y hasta se mete en una pelea contra sus propios guardaespaldas cuando les descubren. Pero sabe que debe regresar a su mundo, así que se despide de Joe, del que se ha enamorado, y del fotógrafo, agradeciéndoles esas horas de dicha.
Cuando Anna ofrece una recepción especial a la prensa, ve a ambos entre los periodistas. Ellos le entregan entonces un sobre en el que están todas las fotografías que le han tomado como muestra de amistad, prometiendo sin palabras guardarle el secreto. La sonrisa llena de amor de Anna hacia Joe, lo dice todo.