El matrimonio de David y Diona Murphy lleva un tren de vida bastante elevado. Él, arquitecto, y ella, agente inmobiliario, nunca han tenido problemas para llegar holgadamente a final de mes y darse más que un ostentoso capricho. Sin embargo, su situación económica peligra últimamente. Agobiado por las deudas, el matrimonio decide probar suerte en Las Vegas para recuperar parte de su fortuna, pero no será en el juego donde hallen su virtud, sino en un apuesto y adinerado caballero encarnado por Robert Redford. El multimillonario hace una proposición indecente a la pareja: les ofrece una elevada suma de dinero a cambio de pasar una noche con la mujer. El matrimonio duda seriamente de aceptar la oferta, pero acaban haciéndolo. Los celos y la curiosidad se filtrarán en su pareja, agrandando, si cabe, los problemas financieros que atravesaban.